_
_
_
_
_

"No sé a qué se refería cuando me dijo que Xabier no puede meternos un duro"

De Miguel elude rebatir un correo clave sobre los contratos del Gobierno vasco

Los imputados por la supuesta trama corrupta del caso De Miguel insisten en que Katia Consulting, la principal "empresa pantalla", según la instrucción, cobró 150.000 de Sidepur, empresa que intermedió en la recalificación de Zambrana, investigada por pago de comisiones ilegales, por unos trabajos e informes que sí fueron realizados. Pero nadie tiene ya una copia de varios de estos supuestos trabajos para entregarla al juez.

El administrador de Sidepur, Josu Arruti, dijo que perdió los informes en una inundación en un trastero; el exdirigente del PNV alavés Aitor Tellería alegó que destruyó sus archivos "por la patada en la puerta de la Ertzaintza" en su casa al detenerle en marzo de 2010; y el martes, el ex número dos del partido en Álava y cerebro de la trama, Alfredo De Miguel, no pudo aportar copia alguna. "Existe mucha más documentación del trabajo realizado por Katia. Se quedó en las oficinas cuando la empresa dejó de tener actividad. Creo que fue Tellería quien se quedó con dicha documentación", afirmó De Miguel en su declaración, a la que ha tenido acceso este diario.

Justifica cambios en una cuenta que no iba a su nombre por la amenaza de ETA

Sobre los tres contratos de Kataia con el Gobierno vasco, adjudicados por su amigo e imputado, el entonces director de Juventud, Xabier Sánchez Robles, De Miguel dio todo lujo de detalles, pero no pudo explicar el correo que recibió del administrador de Errexal, otra de las compañías del núcleo duro de la trama, Iñaki San Juan, imputado, en el que este se quejaba de que "Xabier no puede meternos un duro", aludiendo a contratos públicos. "Desconozco a qué se refería", zanjó.

De Miguel también dijo que no conocía al viceconsejero de Cultura, Gurutz Larrañaga, también imputado en la causa. Y atribuyó los múltiples movimientos de dinero entre Katia y Errexal a préstamos vinculados a problemas de liquidez. La trama cobró cerca de 200.000 euros por contratos de los que no consta su realización en los archivos.

No quiso reafirmarse en su declaración inicial del 17 de marzo de 2010. "No estaba ni en condiciones físicas ni psíquicas para prestar declaración, ya que cuando fui detenido creí que querían atentar contra mi vida y que, al ser detenido y ser un cargo público, se terminaba la vida profesional que tenía hasta ese momento, independientemente de como terminara", argumentó.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Según sostuvo, Kataia se creó para realizar auditorías energéticas y se iba a dedicar a "consultorías en general", aunque también se plantearon entrar en el negocio de la importación de vino, miel y aceite desde Argentina -como la mercancía no pasó la aduana en Madrid desistieron, afirmó-. ¿Por qué los tres exdirigentes del PNV implicados, De Miguel, Tellería y Koldo Ochandiano, usaron a sus mujeres como testaferros? "[Ellas] disponían de más tiempo para realizar labores administrativas ya que Ochandiano y yo trabajábamos fuera de Vitoria. Se trataba de facilitar la operatividad de la empresa", razonó. "En las reuniones en relación a la empresa las celebrábamos únicamente los tres varones. En ninguna reunión estuvieron nuestras mujeres", recalcó. "Yo hice ingresos en los que aparece como concepto el nombre de mi mujer [Ainhoa Bilbao, imputada], que no ha hecho ningún trabajo efectivo para Kataia", añadió.

De Miguel aseguró que fueron "agentes de la Ertzaintza" quienes le dieron "recomendaciones generales" para que no tuviese demasiado dinero en la cuenta al haber sido alertado por el Cuerpo Nacional de Policía que aparecido en listas de ETA. Recurrió a este argumento para justificar movimientos en una cuenta que no estaba a su nombre.

Sobre cómo empezó la relación entre Kataia y Sidepur, compañía que De Miguel introdujo en la operación Zambrana, contó que hizo unas valoraciones sobre el proyecto "a titulo particular por nuestra relación de amistad" -Arruti declaró que no era su amigo-. "Me dijo que le habían gustado las valoraciones y yo le comenté que tenía una empresa de consultoría y que le podría ayudar en el asesoramiento", relató.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_