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Fox propone una tregua al 'narco'

El expresidente de México aviva la polémica al pedir un alto el fuego con los carteles de la droga - La seguridad centra el debate preelectoral

La polémica suscitada por las declaraciones del presidente mexicano, Felipe Calderón, el fin de semana a The New York Times en las que sugería que sectores del PRI estaban dispuestos a pactar con los narcotraficantes, crece como una bola de nieve en plena precampaña electoral. El martes se sumó a ella el expresidente Vicente Fox (2000-2006), quien en un discurso pronunciado en el Cato Institute de Washington propuso un alto el fuego con los carteles de la droga para iniciar un proceso negociador que, sugirió, podría desembocar en una amnistía.

Las palabras de Calderón al diario estadounidense han sido interpretadas por la clase política y los comentaristas mexicanos como el inicio de una estrategia electoral del Partido de Acción Nacional (PAN), el del Gobierno, para situar la seguridad como tema central de la campaña electoral de las presidenciales de julio. La guerra contra el narcotráfico ha sido una divisa del actual Gobierno y la violencia atroz de estos años ha dividido a la sociedad mexicana.

De nada han servido los intentos de la vocería del Gobierno federal o del propio secretario de Gobernación de quitarle hierro a las declaraciones del presidente. Ni tan siquiera la petición a sus partidarios del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, favorito de momento en todas las encuestas, de que "no cayeran en las provocaciones". El PRI presentó en la tarde del martes una queja contra Calderón ante el Instituto Federal Electoral (IFE), un organismo cuyo prestigio está en horas bajas por la lucha de los partidos por su control.

Ahora se suma el expresidente Fox, que en su intervención en el centro de análisis de Washington pidió retirar al Ejército mexicano de las calles y negociar un alto el fuego con los narcotraficantes, incluso si deriva en una amnistía como la que ofreció en la etapa final de su mandato en 1994 Carlos Salinas de Gortari al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ELZN), del subcomandante Marcos. Preguntado sobre si los capos del narcotráfico deberían sentarse en la mesa de negociaciones, el expresidente respondió: "¿Qué importa quién se sentaría en la mesa? ¿No estuvo Marcos ahí?".

Fox dijo también que el Ejército debe volver cuanto antes a los cuarteles porque "cada día hay más violaciones a los derechos humanos" y criticó la tolerancia de EE UU con el crimen organizado. "En EE UU no hay negociación con los criminales pero hay una tolerancia increíble porque los que trafican con droga, cobran el dinero y venden las armas están aquí. ¿Por qué no los acaban?", se preguntó.

Las declaraciones de Fox, que en buena medida son compartidas por algunos líderes de las asociaciones que luchan por la dignidad de las víctimas, indican que también hay división en este tema en el PAN.

La relación con los narcos se ha convertido en un arma arrojadiza en la política mexicana y los dos grandes partidos, PRI y PAN, se acusan mutuamente de hacer la vista gorda a nivel de autoridades estatales con los diferentes carteles.

Cómo atajar la violencia -que se ha cobrado 34.612 víctimas desde 2007 hasta diciembre de 2010, según declaró Calderón el martes en el Senado; 43.000 hasta finales de diciembre según apuntó la víspera la DEA (agencia antidrogas de EE UU) y 50.000 el propio Fox- y procurar seguridad a los ciudadanos mexicanos es una prioridad que lógicamente ocupará su espacio cuando empiece de verdad la campaña. Más aún cuando es año electoral también en el vecino del Norte y no pasa el día en que un aspirante republicano a la Casa Blanca no enarbole medidas militares y de fuerza para frenar el tráfico de drogas en la frontera.

Diversos analistas mexicanos señalan sin embargo que pese a que existiera esa voluntad política de pactar con los narcos no sería nada fácil porque en estos años de guerra se han atomizado y están inmersos ellos mismos en una disputa sin cuartel por el territorio. También desdeñan las comparaciones con el caso de Colombia porque allí, entre otras diferencias, la violencia de los carteles era principalmente rural, existían formaciones guerrilleras, había una policía unificada y el país contó con un apoyo militar y de inteligencia estadounidense que de momento es tabú en México.

El expresidente Vicente Fox, en 2010. javier
El expresidente Vicente Fox, en 2010. javierROJAS (CORDON PRESS)

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