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La marcha indígena contra Morales lleva su protesta a La Paz

El mandatario acepta negociar con los manifestantes que le han acorralado

Estoicos, tragándose el mal de altura y el intenso frío de la cumbre andina, ayer llegaron a La Paz más de 1.500 indígenas que desde hace dos meses marchan para reclamar al Gobierno de Evo Morales una ley que prohíba la construcción de una carretera en el corazón del territorio indígena, en el Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

"¡El Tipnis no se toca!", es el grito que se repite a lo largo del cordón humano que flanquea la caminata con destino a la plaza Murillo, la cual, como expresión de voluntad de diálogo por parte de Evo Morales, permanece abierta y sin resguardo policial alguno. La plaza, donde se encuentra la Casa de Gobierno y el Parlamento, suele estar bajo un fuerte control policial que impide el paso a cualquier protesta. Solo se permite manifestarse a los grupos sociales afines al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).

"El Gobierno está abierto al diálogo", reiteró el ministro de Comunicación, Iván Canelas, que ha dado la bienvenida a los indígenas. No obstante, subrayó que el Gobierno tenía información de que había "infiltrados que buscarán general conflictos".

Las organizaciones de la caminata presentaron una plataforma de 16 puntos poco después de iniciar la caminata, que partió el 15 de agosto desde la capital de Beni, Trinidad, en el norte amazónico. "Dentro del diálogo se hablará, se evaluará y se considerará cada uno de ellos", aseguró Canelas. Los indígenas exigen que se investigue y castigue a los que ordenaron la intervención policial contra los manifestantes en Yucumo, el pasado 25 de septiembre.

Morales, aimara emigrante de las tierras de Chapare cercanas al Tipnis, ninguneó a los líderes de tierras bajas (sur del país) que encabezaron la marcha indígena y durante casi dos meses se resistió a hablar con las bases, enviando en su lugar a ministros cerrados al diálogo.

Ahora, un batacazo electoral y el sentimiento solidario de casi todos los bolivianos dejan a Morales sin otra opción que la de recibir en persona y con los brazos abiertos a los indígenas de tierras bajas, que auparon e hicieron posible su ascenso al poder político.

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El presidente de la subcentral del Tipnis, Fernando Vargas, ha advertido que la columna no se moverá de la ciudad hasta lograr su objetivo: una ley que prohíba la construcción de carretera alguna por medio del parque. "No hemos caminado desde Trinidad para irnos con las manos vacías", zanjó.

La marcha indígena llega a las puertas de La Paz (Bolivia).
La marcha indígena llega a las puertas de La Paz (Bolivia).AIZAR RALDES(AFP)

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