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Hamás festeja como un triunfo el canje de presos con Israel

Enric González

Todo salió según lo previsto. El sargento Gilad Shalit volvió a casa tras cinco años de cautiverio, mientras que los 477 presos palestinos fueron recibidos como héroes en Gaza y Cisjordania en un canje de prisioneros que Hamás convirtió en un triunfo y una fiesta. Fue una jornada llena de emociones, reencuentros, pero también de amenazas. "Queremos otro Shalit", gritaba la multitud en Gaza, mientras los dirigentes de Hamás anunciaban su intención de capturar más soldados hasta liberar a todos los presos. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió más mano dura. La paz, ayer, parecía tan lejana como cualquier otro día.

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