_
_
_
_

La policía italiana sigue sin localizar el foco de violencia

Varios manifestantes se entrenaron en Grecia antes de los choques de Roma

La policía italiana se cubrió de gloria el sábado. Ni sus servicios de información se percataron de la jornada de violencia que varios centenares de jóvenes antisistema estaban preparado cuidadosamente amparándose en la manifestación de indignados ni sus antidisturbios supieron atajarla una vez que se desbocó. De hecho, dos agentes del cuerpo de Carabinieri salvaron el pellejo de milagro cuando su furgón blindado fue atacado e incendiado por decenas de encapuchados. Los vídeos -porque todo fue grabado para mayor escarnio de la actuación policial- son espeluznantes. El ministro del Interior, Roberto Maroni, se consoló declarando que, al menos, se evitó que muriera nadie. Tiene razón, pero eso hay que atribuírselo más a la fortuna y a la templanza de algunos policías que, a pesar de estar rodeados y en una situación límite, evitaron tirar de pistola.

El recuento tras la batalla no puede ser más esclarecedor: cinco millones de euros de pérdidas por destrozos, más de 70 heridos -tres de ellos graves- y, en el otro lado de la balanza, solo una docena de detenidos. Durante toda la jornada de ayer, y en un intento desesperado por enmendar la plana, las fuerzas del orden protagonizaron una redada por todo el país. El objetivo, los anarquistas. O, lo que es lo mismo, los sospechosos habituales. Pero ni se tiene constancia de que el grave desbarajuste del sábado en Roma fuese obra de los anarquistas ni se produjo detención alguna. La policía sigue por tanto sin oler de dónde partió el fuego.

Los políticos, por su parte, intentaron tranquilizar a la población prometiendo unidad y medidas de urgencia. Maroni, el titular de Interior, pidió comparecer hoy en el Senado para anunciar "medidas legislativas que puedan ayudar a la policía en la prevención de brotes de violencia". Por su parte, el ex fiscal Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores, abogó por ampliar el tiempo de detención, celebrar juicios rápidos para los sospechosos de disturbios y aplicar medidas similares a las que ya se utilizan en el fútbol: "Habría que prevenir la violencia como ya se controla a los hinchas".

Mientras tanto, a la policía más le valdría leer los periódicos con atención. La pasada semana, varios medios advirtieron de que algo así podría suceder, pero ni se controlaron los principales accesos a la ciudad ni se estableció un servicio de orden para proteger a las más de 200.000 personas que, pacíficamente, gritaron su indignación. Y, ayer, el diario La Repubblica publicaba una interesante entrevista con uno de los participantes en la refriega. Según su testimonio, fueron entrenados durante un año en Grecia, estaban perfectamente organizados en dos falanges, una de 500 miembros y otra de 300 que a su vez se organizaban en pequeños grupos de lucha de 10 o 12. Los papeles estaban perfectamente distribuidos y, la tarde del viernes, habían dejado una furgoneta Fiat Ducato blanca cargada de material en la calle Sannio: "Dentro de la Ducato teníamos armas para ganar no una batalla, sino la guerra".

Dos manifestantes golpean un furgón policial en llamas, el pasado sábado en Roma.
Dos manifestantes golpean un furgón policial en llamas, el pasado sábado en Roma.ALESSANDRO BIANCHI (REUTERS)
Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_