Reuniones secretas de los líderes sociales
Méndez, Toxo y Rosell aceleran la Negociación Colectiva, mientras la patronal prepara un documento reivindicativo para entregar a los partidos políticos
Patronal y sindicatos llevan años entendiéndose y desentendiéndose. Ahora vienen de una ruptura dolorosa de la Negociación Colectiva (NC) antes del verano y toca recomponer. Y, desde que, a mediados de agosto, fueron convocados a La Moncloa por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta la fecha el presidente de la CEOE, Juan Rosell, y los secretarios generales de Comisiones Obreras y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, han mantenido varias reuniones. Lo llevan muy en secreto y si se les pregunta dan largas cambiadas.
La relación de los tres líderes se ha hecho muy fluida y se ha intensificado ante el convencimiento de que hay que enfrentarse a la crisis. Parece que los sindicalistas creen en la lealtad del patrón de patronos. No obstante, eso no significa que vayan a tragar con todas las peticiones que están saliendo de la patronal en materia laboral, principalmente del ala más radical. Existe la convicción por parte de los sindicatos de que esos sectores creen que se puede aprovechar la crisis y la buena predisposición para resolver muchas reivindicaciones "inasumibles" que vienen pidiendo desde hace tiempo.
De todos modos, las citadas reuniones bilaterales se han centrado básicamente en hablar de la NC con el fin de acelerarla y desbloquear los convenios, además de analizar la incorporación del sistema de mediación y arbitraje y compartir diagnósticos sobre la economía, así como la necesidad de cambiar el modelo productivo. En ese sentido, parece que la NC ha entrado en la fase final. Una vez se haya cerrado este acuerdo, el camino quedará libre para negociar la prórroga del acuerdo de moderación salarial.
Mientras tanto, Rosell ha querido que, de cara a las próximas elecciones, la patronal se signifique. Encargó borradores para elaborar un documento que, bajo el título de Soluciones de los empresarios para afrontar la crisis, quiere entregar a los partidos políticos antes de que empiece la campaña oficial de las próximas elecciones generales. Todas las federaciones -sectoriales y territoriales-, así como las comisiones de la confederación, han participado en una tormenta de ideas, que tuvo su primera criba el pasado martes, 11 de octubre, en la Ejecutiva.
Ahora deberán plasmarse en ese documento definitivo que el presidente someterá al juicio de la junta directiva de la CEOE (220 representantes) el próximo miércoles, 19 de octubre. La tarde anterior se dará el último repaso, una vez que el equipo encabezado por el secretario general, José María Lacasa, con José de la Cavada y Alberto Nadal (hermano gemelo del portavoz adjunto de economía del PP en el Congreso, Álvaro Nadal), lo haya pergeñado.
Según la patronal, lo que recoja el documento no es conclusivo y solo sirve de guía sobre lo que hay que hacer. Así se lo ha dicho a los sindicatos. Pero, en realidad, el contenido, que ya se ha filtrado convenientemente, refleja lo que piensan los empresarios. Incluso alguno de los borradores, caso del de la patronal madrileña CEIM, que preside Arturo Fernández y es cercana a la presidenta comunitaria, Esperanza Aguirre, está colgado en la página web de la organización. La CEIM suele hacer de ariete y no se aleja de lo que piensan los empresarios.
Las reivindicaciones abarcan la reforma de los sistemas educativos, de justicia y financiero (con mayor liquidez y menos morosidad), la oposición a una subida de impuestos (más bien lo contrario, piden bajar el impuesto de sociedades y las cotizaciones sociales), la internacionalización, austeridad presupuestaria, simplificación de los trámites administrativos, la unidad de mercado y el apoyo a los emprendedores.
Estos aspectos son más o menos negociables e incluso otros del campo laboral, como atajar el absentismo o la moderación salarial y la reducción de modalidades de contratos; pero el casus belli radicará en la exigencia de bajar la indemnización por despido improcedente a 20 días por año trabajado en lugar de los 45 actuales con un máximo de 12 mensualidades. Fuentes sindicales sostienen que la solución no es esa y que los empresarios ya tienen bastante con el encadenamiento de contratos temporales aprobado recientemente y que, a su juicio, provoca un empleo más precario. Otro punto de conflictividad será el de los mecanismos de flexibilidad interna, que fue la causa de la ruptura anterior.
El debate intenso de los puentes festivos
El debate sobre el traslado de puentes festivos a los lunes a raíz de la propuesta que ha elaborado la patronal Cepyme va a ser uno de los más intensos. A todos les suena bien la música. Otra cosa es la letra. Y ahí los sindicatos ponen el dedo sobre la llaga. Sostienen que no está muy claro que mejore la productividad ya que la mayor parte de los convenios computan la jornada en términos anuales. Además, hay fechas que será difícil tocar. De momento, Cepyme propone que no se toquen Año Nuevo, Viernes Santo, la fiesta nacional del 12 de octubre y Navidad. Pero qué hacer con el 1º de Mayo y la Constitución, por ejemplo. Eso por no hablar de algunas fiestas religiosas en las que se toparán con la Iglesia.
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