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Reportaje:GALLEGOS EN LA ESCALERA | Retratos de Xurxo Lobato

Antón Costas, regresar a Matamá

Antón Costas creció en la parroquia de Matamá, en el seno de una de esas familias trabajadoras que tanto caracterizan al hinterland vigués. Fue compatibilizando trabajo y estudios hasta que, también como tantos otros, decidió marchar a Barcelona, en cuya facultad de Económicas fue mostrando cada vez más dotes de liderazgo dentro de aquel magma que era el movimiento estudiantil del final del franquismo.

A partir de esos ya lejanos momentos, Costas se fue convirtiendo en la personalidad destacada que ha llegado a ser en la sociedad civil catalana (tan envidiada, a veces sin mucho conocimiento, desde el exterior). En esa evolución fue capital su ingreso como profesor de Política Económica en la Universidad Central, de la mano de su maestro Fabián Estapé. Piénsese que no sería fácil entender a la Barcelona progresista de los últimos treinta años sin tomar en consideración lo que significó el grupo de Estapé, del que formaron parte también personalidades como Ernest Lluch; entre otras cosas, ese grupo ha sido hasta el día de hoy el corazón intelectual del muy influyente Círculo de Economía (bien quisiéramos contar con algo semejante entre nosotros). Pues bien, por ahí anduvo el paisano Costas enredando, asumiendo cada vez más el papel central en esa tradición, en la que, por cierto, han ido brillando con luz propia discípulos suyos como Germà Bel.

Claro que a nuestro personaje en la escalera también le han tirado otras actividades, como la empresarial; por ejemplo, fue presidente del consejo asesor de Endesa en Cataluña y ocupa espacio en varios consejos de administración. No da la impresión, sin embargo, que ello le distraiga de lo que realmente parece interesarle: las ideas, el contacto con los alumnos, el debate sobre los problemas económicos.

En relación con esto último, ¿qué pinta Costas en el medio de la escalera? Es decir, en eso del análisis económico -por ejemplo, en la interpretación de los problemas en los tiempos duros que vivimos-, ¿sube o baja? Pues aquí Costas tiene poco que ver con la imagen tópica del gallego: sus opiniones, expresadas con regularidad en influyentes artículos en varios medios -este mismo, entre ellos-, son firmes y claras, y no se andan desde luego con circunloquios. Eso sí, si tienen una virtud es la de no ser dogmáticas y abrirse a diferentes campos de interpretación, que es cosa muy distinta; esa parece ser la intención de la última obra de la que es coautor, La torre de la arrogancia. Políticas y mercados después de la tormenta. O sea, que al final, en un sentido, digamos filosófico, sí acabamos encontrando a Costas en el mismo centro de la escalera.

Es frecuente oír en Cataluña aquello de roda el món i torna al Born (dar la vuelta al mundo para regresar al Born, viejo mercado barcelonés próximo a Santa María del Mar). Pues esa misma parece ser la singladura de Antón Costas, aquí también similar a la de tantos otros paisanos: rodar y rodar, pero mantener el ansia de volver a la vieja parroquia viguesa. De hecho, cuentan que no blasona demasiado de honores y éxitos allá por el món, pero sí, desde luego, de su condición de hijo predilecto de Matamá.

Antón Costas, en la escalera de la Escuela de Peritos (ingerios técnicos industriales) de Vigo.
Antón Costas, en la escalera de la Escuela de Peritos (ingerios técnicos industriales) de Vigo.XURXO LOBATO

Peldaños

Vigo, 1949. A los 14 años comienza a trabajar como aprendiz de taller en Construcciones Navales P. Freire, de Bouzas. Y a la vez estudia Bachillerato por libre e Ingeniero Técnico Industrial (promoción de 1969/70).

1972. Cursa la licenciatura de Economía en Barcelona, mientras se gana la vida como tutor de los once hijos de un industrial textil de Sabadell.

Doctor en Economía bajo la dirección de Fabián Estapé y la tutoría de Ernest Lluch.

1988. Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, e investigador del Institut de Recerca d'Economia Aplicada, Regional i Pública (IREA).

Es vicepresidente del Círculo de Economía. Fue presidente del Consejo de Endesa en Cataluña y del consejo de administración de Adegas Terras Gauda.

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