Sueños a cuatro voces
Empezó como una formación de estudiantes y ya ha cumplido cuatro décadas al servicio de la música coral. Los fundadores del Coro Nacional de España desgranan la intrahistoria del orfeón
El Coro Nacional de España comenzó con modestia y sin pretensiones. La Orquesta Nacional encargó a la profesora Lola Rodríguez Aragón que montara un coro con sus alumnos para cantar La creación de Haydn en el Teatro Real: allí comenzó la aventura. En 1971 nacía el coro que años después se denominaría Coro Nacional de España (CNE), el mismo que celebra cuatro décadas con una serie de conciertos extraordinarios a partir de mañana, con el Réquiem alemán de Brahms.
"La Escuela de Canto necesitaba alumnos, así que todo aquel que entrara en el coro era a condición de que fuéramos a la escuela", explica uno de los barítonos fundadores, Manuel de las Heras, sobre los inicios al principio de la década de los 70. "Antes no se podía vivir de cantar en un coro. La profesión de cantante de coro es muy reciente en España, y los pioneros fuimos el Coro de RTVE y nosotros", explica De las Heras. "Al principio era un coro de estudiantes y la edad media era de 23 años", explica otro de los veteranos, José María Pérez, que lleva 39 años en el conjunto. "El año que se fundó, apareció en Madrid gente de todo el mundo. Muchos cantantes venían de Argentina, del Teatro Colón de Buenos Aires", explica Charo Villamayor, que lleva los mismos años que Pérez en el coro.
Villamayor es la tesorera de los recuerdos del CNE: en la carpeta que porta consigo guarda los recortes de periódicos de los conciertos que han dado en estos 40 años y un recuento del repertorio, que alcanza las 12.000 partituras que custodia el archivo. "Al principio éramos 70 personas hasta que llegamos a ser 150 para cantar El Mesías de Haendel", comenta mientras muestra una portada de diario de 1972 en la que el CNE aparece, en blanco y negro, en el altar mayor de la Catedral de Sevilla.
En su recuerdo y en el de todos hay un nombre ligado al coro desde el principio: Rafael Frühbeck de Burgos. El director fue el primero de este coro que va camino de las cinco décadas. "Frühbeck nos dio la alternativa y nos dará la jubilación", comenta Pérez. Cada pieza tiene su director, y Frühbeck es el de la Novena Sinfonía de Beethoven. "Es con el que más veces hemos cantado la Oda a la Alegría, y eso que la hemos hecho casi 90 veces", dice Villamayor. La etapa del italiano Riccardo Muti fue la de las piezas sacras de Verdi -incluido el Réquiem- y la del Te Deum de Bruckner.
Los miembros del CNE también han formado parte de la historia de la música estando presentes en el proceso creativo de La Atlántida, el oratorio que dejó incompleto Manuel de Falla. "La terminó Ernesto Halffter en el patio de butacas del Teatro Real en septiembre del 77. Conforme iba completando los números, se los iba enseñando a Frühbeck para que diera el visto bueno a los cambios", explica Pérez.
Entre los fundadores, Manuela Mesa, una joven de 27 años, escucha atenta las batallitas. Por ahora, es pronto para tener las suyas propias: solo lleva cuatro años en el CNE. ¿Por qué no entró antes? El coro exige tener una titulación superior en Canto, y los que usan su voz como instrumento no terminan la carrera hasta los 26 -empiezan más tarde, porque tiene que cambiarles la voz antes de comenzar las clases-. "Nunca había cantado en un coro, pero aquí me han enseñado a adaptarme al medio. Hay muy buen ambiente", comenta.
No viven ajenos a la realidad, y saben que un coro con una edad media de 23 años es algo inusual en estos tiempos. "Cuando empezábamos, hacíamos de figurantes si hacía falta. Ahora, los cantantes que salen de los conservatorios no son coristas, salen hechos figuras", lamenta Pérez. Para el director del coro, Joan Cabero, "en los centros educativos no se ha primado el coro de cámara, sino el papel de solista". "Llevamos 20 años de jóvenes orquestas pero, ¿Cuántos jóvenes coros hay? Hace falta abrir el abanico formativo a más campos: luego la vida decide por uno", comenta el director, que lleva apenas un año y tres meses en el cargo.
Sin embargo, Esther Estremera, otra de las fundadoras de aquel coro de estudiantes, da a los jóvenes cantantes indecisos una ventaja de consagrar la vida a cantar en un conjunto. "Si quieres tener una familia, no puedes dedicarte a cantar como solista. Los coros sí que te permiten tener familia", comenta. Para Estremera, el concierto del domingo no es un concierto más. El domingo se jubila y es su último concierto. Se presentó con su marido a las pruebas y hasta hoy. Casi no puede aguantar las lágrimas, pero se va tranquila. "El futuro será mejor que el pasado y el presente", concluye.
Réquiem alemán de Brahms. Orquesta y Coro Nacionales de España. Auditorio Nacional. Mañana a las 11.30. Entradas de 9 a 16 euros.
Momentos para la historia
- Concierto en la ONU. En 1983 el coro viajó hasta Nueva York. López Cobos dirigió al CNE en la sede de Naciones Unidas. El programa: La vida breve de Falla, con Montserrat Caballé y Josep Carrera.
- Labor diplomática. Cantaron el Réquiem de Verdi 15 veces en una gira por México en 1976. España no tenía relaciones diplomáticas con México, pero al año siguiente se reanudaron. Algunos cantantes dicen, entre risas, que fue gracias a ellos.
- Adiós al Real. El CNE cantó en el último concierto antes del cierre del Teatro Real en 1988. La Novena de Beethoven cerró una era del coliseo.
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