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Barberá cedió gratis a Rajoy suelo para el San Pío V y ahora lo deniega

El museo perderá 4,5 millones porque la alcaldesa no otorga la licencia

El contencioso que mantienen el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Valencia por la ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez a través del barrio marítimo de El Cabanyal-Canyamelar, que ha supuesto la paralización del macroproyecto urbanístico que impulsa la alcaldesa Rita Barberá, va a producir en este final de año un daño colateral a una de las pinacotecas españolas más importantes, el Museo de Bellas Artes San Pío V. La comunicación entre ambas Administraciones está cortocircuitada y el museo está a punto de perder los 4,5 millones de euros que el ministerio iba a gastar este año en el museo, y que se destinarán a los damnificados del terremoto de Lorca, porque el Consistorio no otorga una licencia de obras.

La disputa ha llevado al Ayuntamiento a mantener dos actitudes distintas dependiendo de qué partido dirija el Gobierno. Así, en el año 2000, cuando el ministro de Cultura era Mariano Rajoy, presidente del PP y actual candidato a la presidencia, Barberá cedió en 2000 gratuitamente al Estado tres parcelas de 2.735 metros cuadrados (el Estado cedía a su vez 2.055 a los jardines de Viveros), que permitieron a Rajoy acometer las obras de la cuarta fase de ampliación del museo. Sin embargo, la intención del Ayuntamiento era que la institución que cediera los terrenos finalmente fuera la Generalitat. Y a fecha de hoy el suelo sobre el que se acometió la cuarta fase y se espera actuar para la quinta son de titularidad municipal.

Aduce el Consistorio frente al ministerio que no se ha instrumentado la regularización jurídica del suelo. Y ahora, mientras el Gobierno está en manos del PSOE, ignora aquel acuerdo y pretende obtener cuatro parcelas estatales por un total de 3.701 metros, casi el doble de los que figuran en el convenio de 2000. Es decir, mientras facilitó la rehabilitación del museo con Rajoy, ahora boicotea su última fase de ampliación con el PSOE. Desde las filas socialistas creen que el Gobierno no debería pagar por el suelo, más aún porque el Ayuntamiento ya ha puesto a disposición del Gobierno (cuando se trata del PP) parcelas sin contrapartidas. Incluso no han faltado ocasiones en las que Barberá ha cedido suelo a instituciones privadas, con numerosos ejemplos cuando se trata de la Iglesia católica.

Mientras, el gran perdedor de estas disputas y desencuentros es el museo. Así, Cultura tiene consignados para gastar este mismo año 4,5 millones de euros de los 19,3 presupuestados para acometer la V Fase de ampliación del museo. Con ese dinero se acometerían obras en dos de las cinco zonas de que consta la V Fase. Pero no puede comenzar los trabajos porque Barberá no concede la licencia. Se insiste en la permuta de terrenos a pesar de que las dos zonas sobre la que se invertiría el dinero, el nuevo almacén de pintura y la habilitación del sótano del museo, afectan al edificio ya existente.

El 9 de marzo pasado, se solicitó la licencia de obras. Y el pasado 16 de septiembre, el concejal de Asuntos Jurídicos, Félix Crespo, insistió en la misma línea, informó al ministerio de que la otorgaría en breve al tiempo que se regularice la situación del patrimonio de suelo.

Pero ha pasado otro mes y el Ayuntamiento sigue sin concederla. Y, atípicamente, hasta insta a comenzar las obras sin que se cuente con ese permiso.

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