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Reportaje:

24 horas de ajedrez

Los participantes en la Final de Maestros de Bilbao siguen una rígida rutina - Preparan las partidas en sus habitaciones sin casi descanso

Están "permanentemente reconcentrados". Los seis jugadores que participan en la cuarta Final de Maestros del Grand Slam de Ajedrez hacen una vida tranquila aunque muy disciplinada durante la competición de ajedrez que hoy se clausura en el centro cultural La Alhóndiga de Bilbao. la primera mitad del certamen se celebró en São Paulo (Brasil) entre el 25 de septiembre y 1 de octubre pasados.

El indio Viswanathan Anand, el noruego Magnus Carlsen, el armenio Levon Aronián, el ucranio Vasili Ivanchuk, el japonés Hiraku Nakamura y el español Paco Vallejo han seguido una rígida rutina, salvo en su día de descanso, que fue el pasado domingo.

Durante esa jornada, los jugadores se pudieron el delantal en el Restaurante Yandiola, de Alhóndiga Bilbao, y de la mano del chef Borja Etxebarría, prepararon un selecto menú, que posteriormente degustaron, compuesto por gulas, pulpo y mejillones, todo ello maridado con un buen txakoli. Guiados por la opinión del menorquín Paco Vallejo, aficionado también en las artes culinarias, sus compañeros repitieron varias raciones de estos platos de mar. La filosofía de vida de Vallejo, de 29 años, quedó clara tras proclamarse campeón del mundo sub 18. "Seré profesional del ajedrez, pero no estoy dispuesto a sesiones de diez horas diarias de entrenamiento. Quiero disfrutar de la vida".

Pasean cada día cerca del hotel, donde siempre comen, cenan y desayunan
Solo rompieron su estricto plan el domingo para comer gulas y mejillones

El único jugador que excusó su presencia en el acto fue el número uno del ranking mundial, Magnus Carlsen, quien, sin ningún tipo de concesiones al asueto, optó por concentrarse de cara a la decisiva partida de hoy, que le enfrentó al líder Ivanchuk. Superdotado, no quiere saber su cociente de inteligencia. A los cinco años memorizó las capitales, la superficie y el número de habitantes de casi todos los países del mundo.

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Todos ellos madrugan para examinar las partidas del día anterior y desayunan en el hotel Meliá, donde se alojan desde el pasado jueves.

Después "dan un paseíto" por los alrededores del hotel y vuelven a sus habitaciones con la computadoras. Con ellas hacen sus propios cálculos matemáticos y repasan las miles de jugadas que han dado las principales partidas de la historia. "Analizan movimientos y variables", señalan fuentes de la organización.

Tras las partidas vespertinas cenan en el hotel y "rumian psicológicamente" lo que han hecho ante sus rivales. "Son tipos muy normales, no son nada divos", señalan las mismas fuentes. No ha pedido nada especial durante su estancia en la capital vizcaína.

"Cada cual es un mundo y a veces hay que repetirles las cosas tres o cuatro veces porque te oyen pero no te escuchan", apuntan desde la organización del evento. La relación entre ellos es muy buena cuando no juegan, pese a que, como es lógico, "en el tablero están a cara de perro". Los seis mantienen debates sobre el ajedrez y futuras competiciones.

Ayer, el músico Kepa Junkera hizo el saque de honor de la cuarta jornada, a la que también asistió el escritor Arturo Pérez Reverte.

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