Confebask levanta sus barreras

Por si acaso. Eso han debido de pensar en los órganos de decisión de la patronal vasca, Confebask a la vista del rumbo que estaba tomando el incipiente debate sobre la reforma fiscal en el País Vasco. Ante el acento que las administraciones estaban poniendo en una nueva fiscalidad que recupere la recaudación, la financiación de los servicios básicos y de las inversiones públicas, y del Gobierno como regulador e incentivador de la economía, Confebask planteó el viernes una revisión del concepto que convierta a la empresa en el centro de creación de riqueza, empleo y en consecuencia de recaudación fiscal.

¿Como?, con un tratamiento fiscal que favorezca absolutamente a las empresas, a los salarios muy altos y las rentas de capital, y recuperando parte de la pérdida de la presión fiscal que se va por esa vía a través de la creación de actividad, de subir la tributación de los trabajadores con salarios bajos y medios, y a través de los impuestos indirectos como el IVA y los especiales ?alcohol y tabaco?.

Los empresarios plantean relegar el papel de las cuentas públicas

La armonización fiscal es el punto de conexión con el Gobierno

Para Confebask, los presupuestos públicos han de pasar a un segundo plano, desplazados por la empresa como núcleo de ese nuevo modelo.

En una situación de monopartidismo en las instituciones el toque de atención tampoco hubiera sido demasiado necesario. Sobre todo porque diputaciones y patronales han colaborado de manera casi simbiótica. Pero la pluralidad política en las instituciones vascas es un terreno abonado para las sorpresas.

El PSE conectó en las Juntas Generales de Gipuzkoa con la sensibilidad fiscal de Bildu para recuperar Patrimonio, retocar el IRPF, e intensificar la lucha contra el fraude, mientras que las diputaciones de Álava y de Vizcaya en manos del PP y del PNV avanzan hacia otro tipo de acuerdos tributarios. "La patronal está levantando las barreras que a su modo de entender no se pueden traspasar, y con ello lanzando un mensaje a PNV y PP, los dos partidos en los que su discurso puede tener mejor cabida" asegura un experto en política tributaria.

Frente a esa reforma global, el lehendakari insiste en que antes de tocar los impuestos hay que recuperar parte de la recaudación perdida a través de una lucha coordinada de las tres diputaciones y el Gobierno contra el fraude fiscal.

Pero en ese terreno Bizkaia y Álava tampoco quieren jugar. Se niegan a conectar sus bases de datos y rechazan la posibilidad de coordinar planes conjuntos, pese a que se trata de una de las recomendaciones del comité de sabios que asesora a Patxi López. Entre los directivos de las principales empresas vascas, los ex ministros socialistas, y los representantes de sindicatos y patronal que la forman destacan algunos nombres vinculados al nacionalismo como Josu Jon Imaz, presidente de Petronor y Mario Fernández, de la BBK. "La propuesta de Confebask va a poner a prueba las excelentes relaciones entre los empresarios y el Gobierno si al final el debate se tensa, porque es un contrapeso muy fuerte y con mucha carga ideológica", asegura una fuente institucional que prefiere mantenerse en un segundo plano.

Quizás el punto de conexión entre los intereses patronales y los del Gobierno, en el que podrían hacer piña frente a los de las diputaciones forales, es en la armonización de las normas tributarias. La patronal lo calificó el viernes de urgente. El Gobierno dispone de la Ley de Armonización, pero su uso abriría otro frente. En ese frente Confebask evitó pronunciarse. Proponer el Parlamento para la armonización supondría un choque con las Diputaciones.