Un yacimiento de oro

Como un gran trofeo se exhibió ayer el único cráneo entero de bisonte estepario (bison priscus) de la Península Ibérica y uno de los mejores conservados en Europa Occidental durante su presentación en la Diputación de Gipuzkoa. Se trata de un macho adulto con una cornamenta que sobrepasaba el metro de envergadura entre los extremos de sus pitones. Hace 19.000 años cayó en una sima que hacía de trampa en una zona de Mutriku.

El yacimiento paleontológico Kiputz IX fue descubierto en 2002 por miembros de Munibe Taldea de Azkoitia y la excavación se desarrolló en cuatro campañas desde 2004 a 2007 -en las que se encontraron 12.00 fósiles casi completos de distintas especies-. Dirigida por Pedro Castaños, de la Sociedad de Ciencias de Aranzadi, y Xabier Murelaga, profesor titular del Departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UPV, la excavación se convirtió "en uno de los mejores sueños para cualquier paleontólogo", según sus descubridores.

El trabajo de restauración ha sido laborioso y ha durado dos años

El bóvido cayó en una sima hace 19.000 años junto a otros animales

Pero no ha sido hasta ayer cuando se ha dado a conocer el "importante hallazgo del cráneo por tratarse de una pieza única y excepcional", según Castaños. El trabajo de reconstrucción ha sido laborioso. Tardaron un día entero en sacar el cráneo. En el caso del de gran bóvido no se pudo utilizar la técnica de la escayola, que consiste en vendar los huesos y escayolarlos para que no se rompan. "Nos encontramos la pieza entera pero tuvimos que fragmentarlo en trozos bien delimitados para evitar que se rompiera al extraerlo de la tierra", explica Castaños.

Durante dos años el cráneo ha sido restaurado en un laboratorio. Había que extraer piedras y arena y recomponer las partes quebradas.

En la sima, una cueva vertical de seis metros de profundidad y dos metros y medio de diámetro, se encontraron también 48 ciervos. Pero sobre todo, se han recuperado los conjuntos más importantes de renos, 23 ejemplares, y de bisontes, 18, de toda la Península Ibérica.

El bisonte fue una especie de gran tamaño, los adultos podían alcanzar entre 800 y 900 kilogramos y de grandes cornamentas que ocupó tanto Europa como Asia septentrional durante el Pleistoceno medio y superior (últimos 700.000 años) hasta que desaparecieron con la última glaciación hace 10.000 años. Probablemente dio origen a las dos especies actuales de bisonte, el americano y el europeo, que son de menor tamaño.

El bisonte ha sido uno de los principales protagonistas de los murales de arte rupestre que alcanza su máxima expresión en Altamira. "Se puede decir sin exageración que Gipuzkoa ha proporcionado el cráneo y esqueleto real de los bisontes representados en la capilla sixtina del arte parietal. Ellos tienen la imagen y nosotros el original", señalan en Diputación.

El cráneo será entregado en el depósito de Materiales Arqueológicos y Paleontológicos del Gobierno vasco, en Intxaurrondo, a la espera de un nuevo destino.