Tres veces novia en 64 años
Sevilla se prepara para la tercera boda de la duquesa de Alba, tras sus enlaces en 1947 y 1978 - El novio ya se ha instalado en el palacio de Dueñas
Sesenta y cuatro años han pasado desde que Cayetana de Alba se casó por primera vez. La muchachita que aceptaba un matrimonio planeado por su padre, el entonces duque de Alba, con Luis Martínez de Irujo es ahora a sus 85 años una novia ilusionada porque va casarse con el hombre que quiere tras sortear decenas de obstáculos. Una boda por amor, cuentan sus protagonistas, por interés para los malpensados y, en cualquier caso, una unión poco común. Su primera boda y esta tienen algo en común: Sevilla, la ciudad en la que la duquesa ha vivido los últimos años y donde se instalará con Alfonso Díez.
En la catedral de Sevilla, el 12 de octubre de 1947, Cayetana Fitz-James Stuart contraía matrimonio con el aristócrata Luis Martínez de Irujo, en un enlace al gusto del padre de la duquesa. Los periódicos de la época fijan en 20 millones de pesetas el coste de la ceremonia. Idéntica cantidad de dinero donó el duque de Alba a obras benéficas. Los padrinos, por representación, fueron dos grandes exiliados: la reina Victoria Eugenia y su hijo, el conde de Barcelona. El tradicional traje de novia fue obra de Flora Villarreal, una modista que tenía su estudio en Madrid y adaptaba modelos de grandes firmas francesas.
Después de tres décadas de trabajo, díez se fue el viernes sin despedirse
Treinta y un años después, el 16 de enero de 1978, Cayetana dejaba de ser viuda para casarse con Jesús Aguirre, entonces director general de Música y antes cura rojo, que dejó su oficio a causa de una crisis de sacerdocio, no de fe. A diferencia de su primera boda con Luis Martínez de Irujo, esta segunda con Jesús Aguirre fue sencilla y celebrada en el palacio de Liria. Cayetana, que ya había cumplido los 50 años, se vistió con un traje beige de André Lang. Como padrino actuó Carlos, duque de Huéscar, hijo mayor y heredero de la Casa. Madrina fue la madre de Jesús, Carmen Ortiz de Zárate. Ofició la ceremonia el padre José María Martín Patino. La historia del tercer enlace de la duquesa ha comenzado a escribirse. El novio ya está en Sevilla. El viernes fue su último día de trabajo como funcionario de la Seguridad Social. Tras 30 años, se marchó sin despedirse de sus compañeros. Lo hizo con sigilo para no dar que hablar, dicen los suyos. Pocas horas después tomó un AVE a Sevilla. La pareja fue vista el sábado con Eugenia Martínez de Irujo, hija menor de la duquesa, en un concierto que Monserrat Caballé ofreció en el teatro de la Maestranza. Era la primera vez que Eugenia se dejaba ver con el que va a ser su padrastro.
De momento, el futuro duque de Alba está instalado en Dueñas, pero antes del enlace se trasladará con sus hermanos a un hotel cercano, de donde saldrá vestido con un chaqué gris para convertirse en duque de Alba.
Durante todo el fin de semana la pareja ha recibido a muchos amigos, esos que no están invitados a la boda, pues ella desea una ceremonia discreta a la que solo se ha convocado a una veintena de personas. Ayer se vio en Sevilla al hijo mayor de Jacobo Siruela, lo que se ha interpretado como un acercamiento familiar tras las declaraciones de la duquesa sobre su hijo y la esposa de este, Inka Martí.
Alrededor de Dueñas ya se están tomando medidas ante la expectación que ha levantado el enlace. La boda se celebrará a la una y está previsto que el nuevo matrimonio salga a saludar. Una agencia de noticias repartirá las fotos de la ceremonia por deseo de la duquesa. Ayer, otras fotos, en top less, tomadas hace 30 años en una cala de Ibiza, la llevaron a ser portada de Interviú.
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