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Reportaje:

Burbujas para los BRIC

Freixenet se fija el reto de crecer en los países emergentes, sobre todo en China y Brasil, después de su tradicional apuesta por Europa, Estados Unidos y Japón

Lluís Pellicer

Gloria Noguer observa con orgullo, y con una copa de espumoso en la mano, la vasta extensión de viñedos que dan el cava y los vinos que llevan su nombre. "En realidad", advierte divertida, "hay trampa, porque aquí soy Gloria Ferrer, pero en España siempre he conservado mi apellido de soltera". Hace ya 30 años pisó por primera vez Carneros, el enclave ubicado en los valles californianos de Sonoma y Napa. Su marido, José Ferrer, hoy presidente de honor del grupo Freixenet, empezaba entonces la aventura americana de la compañía. Cinco años más tarde, Gloria Ferrer ponía en marcha la filial norteamericana, que hoy ya es el tercer productor de espumosos de California, por detrás de Moët Chandon y Mumm.

La empresa facturó 500 millones en 2010, el 3,9% más, gracias al exterior
"Si sale un mercado, a por él", dice José Ferrer, presidente de honor

En plena celebración del 25º aniversario de la empresa estadounidense, al que fueron invitados periodistas, Freixenet piensa ya en cuáles serán sus próximos pasos en el exterior. El presidente de la empresa, Josep Lluís Bonet, resalta en todo momento que lo harán con "prudencia" pero, a su lado, José Ferrer se muestra ilusionado por conquistar Asia y, en especial, China. "Si sale un mercado, a por él", afirma con rotundidad. No en vano, la compañía de las conocidísimas burbujitas ha podido compensar varios años de atonía del mercado español -que este año ha remontado gracias a una buena temporada turística- con sus ventas en el extranjero.

Las exportaciones son la clave para el grupo, que durante el año fiscal que cerró en abril de este año facturó 500 millones de euros, el 3,9% más que el año anterior, y se mantuvo en beneficios. Su primer mercado, Alemania, sigue yendo como un tiro. Por primera vez, la marca catalana ha vendido allí más de un millón de botellas en solo un mes. También Francia, a pesar de ser la tierra del champán, es otra de las bazas de la compañía al aportar un crecimiento que hace diez años se antojaba imposible para los responsables de la compañía. "En 2000 vendíamos apenas 30.000 botellas y decíamos que era imposible superar esa cifra. No lo era. En 2010 vendimos tres millones y desde mayo hasta ahora hemos crecido el 30%", asegura Bonet.

Desde el arranque del año fiscal, las exportaciones del grupo han crecido el 18%, lo cual todavía puede mejorar a finales de 2011, con la campaña navideña. El problema sigue estando en España -su segundo mercado después de Alemania-, que cada vez es más complejo para las grandes marcas de cava. A pesar de ser uno de los principales productores de vino, el principal obstáculo en España es su bajo consumo, que de media es de solo 12 litros de vino por persona y año, uno de los menores de Europa. La crisis ha dado la puntilla y, además de una caída del consumo, las marcas blancas van pegando mordiscos al mercado. Estas tienen ya el 24% de la cuota de mercado y, en algunas épocas del año, llegan a copar el 35% de las ventas. Para rematarlo, el cava pagó en 2005 las tensiones políticas entre Cataluña y el resto de España. El boicot al cava catalán, dicen los responsables de Freixenet, provocó una pérdida de clientes que tal vez nunca vuelvan a consumir ese producto.

Esas dificultades en España llevan, otra vez más, al convencimiento de que la forma de sortear la crisis es seguir con la estrategia de internacionalización. El 75% de su producción en España ya cruza las fronteras para surtir a otros países. Freixenet, además, tiene bodegas en Australia, Argentina, Francia y México, y ha consolidado sus ventas en mercados maduros, sobre todo Alemania, Francia, Reino Unido y Japón.

En Estados Unidos, donde tiene los viñedos de Sonoma, la marca Gloria Ferrer facturó en el pasado ejercicio fiscal 13,6 millones de euros y produjo 1,9 millones de botellas, de las cuales 1,4 millones corresponden a espumosos y medio millón a vinos. La directora de marketing de Gloria Ferrer explica que este año está resultando parecido al anterior, si bien la producción ha bajado por el clima hostil de la pasada primavera.

"La internacionalización es clave para España, que tiene 300 empresas que están en el mapa jugando la Champions League en su sector. Nosotros somos líderes mundiales en nuestro sector, y no solo por exportaciones, sino por implantación", afirmó el presidente de la multinacional. Ese modelo, según Bonet, se completa con la cohesión familiar, la calidad del producto y la innovación.

El consejero delegado de Freixenet, Pedro Ferrer, admitió que esa fortaleza en Europa, Estados Unidos y Japón ha supuesto una "falta de empuje" en los BRIC (siglas de Brasil, Rusia, India y China). Ello no supone, sin embargo, que los haya descuidado. La compañía ya tiene puesto un pie en Brasil. De hecho, una gran parte de sus ventas se concentran en Uruguay y la compañía sospecha que parte de esas ventas se deben sobre todo a su condición de país fronterizo con Brasil. La otra zancada la ha dado en China, donde recientemente ha abierto un bar en Shanghái. José Ferrer, el presidente de honor, a sus 85 años sostiene que ahora su "ilusión" es entrar con fuerza en el mercado chino, aunque de momento se descarta adquirir bodegas.

La clave está en perseverar. Lo dice Bonet al que la experiencia le ha enseñado la existencia de la ley de los 20 años. Eso es lo que tardó Freixenet en recoger los frutos de su entrada en el mercado británico de los vinos y espumosos, que hoy lidera. "Con la velocidad del mundo ese periodo hoy debería ser de 10 años", se tranquiliza.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.
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