Los socialistas quieren evitar dar protagonismo a la izquierda 'abertzale'
El PSOE da por hecho que ETA será tema de campaña, aunque esté acabada
El PSOE considera que es inevitable que ETA esté en la campaña electoral del 20-N porque está en un proceso imparable hacia su final, que se acelera cada día y que demuestra que la organización terrorista, tal y como se le ha conocido hace apenas dos años, ya no existe.
Así lo explican dirigentes del aparato de Ferraz y del PSE, que coinciden en que antes del 20-N es imposible que se pueda ver un comunicado de ETA que certifique su disolución, pero sí avances significativos como el de los presos, el de Ekin o el de la propia banda conocido ayer por la tarde. De cada uno de esos pasos se deduce, según los socialistas, un camino irreversible hace el final de la banda.
Esos avances han estado presentes en la convención y los socialistas no dudan de que seguirán estando, entre otras cosas, porque ETA y su entorno habitualmente maneja el eco que le da la controversia política y, especialmente, las campañas electorales. El propio lehendakari, Patxi López, advirtió de nuevo ayer de que sería peligroso volver a hacer la campaña a la izquierda abertzale, como se hizo en las municipales cuando se situó a Bildu en el centro de la controversia política. El resultado, según el análisis de los socialistas, podría ser una representación récord de Bildu en el Congreso, incluso con grupo parlamentario propio y disputando al PNV la condición de partido vasco más votado.
Los dirigentes saben que el avance contra la banda no es en sí una baza electoral
A la pregunta de si la disolución de ETA podría ser una baza electoral del PSOE, tal y como sostiene el PP, la dirección socialista argumenta que, en primer lugar, eso no se producirá antes de las elecciones y, en todo caso, relativizan el efecto electoral que podría tener el final del terrorismo. "No hay noticias con efectos buenos o malos, dependen de cómo se gestionan", argumenta un alto dirigente del PSOE que explica que el 11-M no fue negativo para el PP, lo que resultó negativo fue cómo lo gestionó, que de otra forma hubiera favorecido a los populares.
En este caso, los dirigentes socialistas vascos explican que según cómo avance la situación podría producirse un efecto contradictorio, según el cual lo beneficioso electoralmente en el País Vasco puede ser negativo para el PSOE en el resto de comunidades. Es decir, discursos como el de López sobre la política penitenciaria se prestan a ser presentados por el PP fuera de Euskadi como una cesión ante el terrorismo.
Ante ese escenario, el PSOE no renuncia a insistir en que ETA está derrotada, gracias entre otras cosas a la presión policial y judicial, y esa derrota se ha acelerado en la última legislatura, en la que Pérez Rubalcaba ha sido ministro del Interior. Algo parecido dijo Rodríguez Zapatero en el discurso de arranque de la convención política.
Los socialistas vascos entienden que, pese a todo, ETA mantendrá en sus comunicados su retórica habitual, tal y como hacía el de los presos, lo que no impide que puedan verse avances irreversibles. "Nosotros no redactamos sus textos, ni decidimos cuándo hacerlos públicos, que más quisiéramos", aseguran con ironía.
Públicamente, los socialistas, empezando por Patxi López, mantendrán la prudencia con el argumento repetido de que hay que esperar al comunicado definitivo. Ayer por la mañana, los responsables de la lucha antiterrorista del partido presentes en la convención tenían información cierta de que se iba a conocer un comunicado en el que ETA aceptaba la intervención de mediadores internacionales.
"Lo que estamos esperando es que ETA anuncie el final definitivo del terrorismo y en ese camino el comunicado de hoy es un paso más, aunque no el paso definitivo para el final de la violencia", aseguró el número dos del partido y portavoz del Gobierno, José Blanco.
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