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Una ola de choques interétnicos en Kosovo socava las incipientes relaciones con Serbia

Las negociaciones entre Serbia y Kosovo impulsadas por la Unión Europea para que se normalicen las relaciones entre ambos países se paralizaron ayer a petición de Belgrado, según confirmó el mediador comunitario, Robert Cooper. La interrupción del diálogo se produce tras los últimos disturbios registrados en la conflictiva frontera que separa a los territorios balcánicos.

Los equipos negociadores iniciaron el lunes en Bruselas una nueva ronda de conversaciones que debía continuar ayer. "La delegación serbia no está preparada para continuar las negociaciones", afirmó Cooper.

El diálogo se ha estancado después de que 16 serbios y cuatro soldados de la Fuerza de la OTAN en Kosovo (KFOR) resultaran heridos el martes en enfrentamientos registrados en un paso fronterizo en el norte de Kosovo, república que declaró de forma unilateral su independencia de Serbia en 2008, cuando cientos de serbios trataron de oponerse a que los uniformados desmantelasen una barricada que impedía la comunicación entre los dos territorios.

La KFOR reforzó ayer con más soldados su presencia en la frontera norte de Kosovo, donde la mayoría de sus habitantes son serbios. Otros 50 soldados se desplegaron cerca del principal puente de la dividida ciudad de Mitrovica.

El mediador europeo destacó que "la situación en los pasos al norte de Kosovo no forma parte del diálogo ni es objeto de una negociación separada con Serbia". En este contexto, recordó que la agenda de la reunión de ayer incluía asuntos relacionados con la energía, las telecomunicaciones y la participación de Pristina en los foros regionales.

Rusia ha pedido neutralidad en el conflicto, mientras Francia ha exigido que se respete la fuerza internacional. La Alianza ha informado de que sus soldados tuvieron que emplear gases lacrimógenos y balas de goma después de que se lanzaran cócteles molotov desde posiciones en el norte de la república.

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Para Belgrado, sin embargo, la reacción de la OTAN es inaceptable. Seis de los serbios heridos lo fueron con balas de verdad, según el responsable del hospital que les atendió.

En julio hubo incidentes violentos en el norte de la región cuando Pristina envió una unidad especial de la policía para aplicar un embargo contra mercancías serbias, como reacción a la decisión de Belgrado de no aceptar los sellos aduaneros kosovares. Los pasos norteños de Jarinje y Brnjak fueron declarados entonces por la KFOR zonas militares.

Serbia y los serbios de Kosovo no reconocen la independencia que las autoridades albanokosovares de Pristina declararon en febrero de 2008, y que ha sido aceptada por unos 80 países, entre ellos EE UU y la mayoría de la UE. España tampoco ha reconocido a Kosovo.

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