Partido al límite en San Paolo
El Villarreal, con la duda de Rossi, se mide a un Nápoles concebido para la contra
La llegada del Villarreal al aeropuerto de Nápoles alteró la rutina de los trabajadores y de los usuarios de la terminal aérea. Todas las miradas buscaban a Giuseppe Rossi, al que reclamaban un saludo, una firma o una foto. Comprobaron los admiradores que el internacional italiano llevaba en la rodilla izquierda un aparatoso vendaje que le provocaba una ostensible cojera tras sufrir un golpe en Bilbao el pasado sábado ante el Athletic.
Rossi sabe que jugar en Italia, en Nápoles, en un San Paolo repleto con 50.000 tifosi, es un escaparate para él, convertido ya en un fijo en la selección azzurra. Sin embargo, la participación del italo-estadounidense se antoja complicada. Tampoco jugarán Marco Ruben, que en San Mamés se rompió la quinta falange del pie izquierdo, ni Borja Valero, que cumple su segundo y último partido de sanción tras ser expulsado ante el Odense en la fase previa de la Champions.
Eso deja a Nilmar como único delantero puro. La velocidad del brasileño puede resultar la mejor arma del conjunto de Juan Carlos Garrido ante el Nápoles, cuyo punto más débil se concentra en el trío de centrales, con Cannavaro, Aronica y Campagnaro. Su técnico, Walter Mazzarri, poco dado a la improvisación, tiene definido el esquema y el estilo del conjunto del sur de Italia, que cuenta con dos laterales de largo recorrido, Maggio y Dossena, que se repliegan en cuanto el contrario tiene el balón. El esférico y el dominio del juego no es algo que preocupe a Mazzarri. Por ello no luce Inler, centrocampista creativo suizo por el cual el Nápoles ha pagado 16 millones al Udinese, el único de los 11 fichajes que tiene un puesto fijo en la alineación. El Nápoles se ha gastado 44 millones en refuerzos, entre ellos el del delantero macedonio Pandev, campeón de Europa con el Inter de Mourinho hace dos años.
Rápido en la transición y concebido para la contra, el Nápoles concentra todo su poder en el trío atacante formado por Hamsik, Lavezzi (el único con libertad para no atender labores defensivas y los rigores tácticos) y Cavani. El delantero uruguayo, que la temporada pasada marcó 26 goles en el campeonato italiano, ha recuperado la puntería. Autor del gol que adelantó al Nápoles en Manchester ante el City y que le valió el empate en la primera jornada de la Champions, dos semanas atrás, anotó los tres tantos de la victoria sobre el Milan.
"Vamos a jugar contra un gran equipo y en un buen estado de forma", asume Garrido, que sabe que el mayor potencial de los adversarios y la mística de los escenarios de leyenda curten la historia de los equipos. "Es un partido al límite. Para disfrutar y sufrir a la vez", concluye.
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