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Columna
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Hacer lo que hay que hacer

Uno de los mayores descubrimientos del mundo lo hizo un tío sentado debajo de un manzano. Isaac Newton esbozó la teoría de la gravedad viendo caer una manzana de un árbol. Si Newton, en vez de esperar, coge la fruta y se la come, quizás hubiéramos tenido que esperar años para reformular el concepto de la gravedad. Adán y Eva no tuvieron tanta paciencia y terminaron sucumbiendo a la tentación, lo que provocó que fueran expulsados del paraíso por comerse una manzana antes de tiempo. Hay quien dijo que la paciencia era la madre de la ciencia, pero hay otros que consideran que la paciencia no es más que un reflejo de la vagancia y de la ignorancia.

El PP lleva varios años demostrando que se puede ganar unas elecciones con un candidato a la sombra de un manzano, esperando que su contrincante caiga por su propio peso. Por el peso de una gestión desnortada y de una crisis económica galopante. Nunca un programa de gobierno se ha podido resumir en menos palabras: "En España hay que hacer lo que hay hacer". Esta frase recoge siglos de teorías económicas en un único mandamiento y sirve lo mismo para afrontar el problema del paro que la prima de riesgo; los recortes en educación o los déficits de la sanidad pública. En definitiva, para cualquier tema que interese a los ciudadanos. "Lo que le interesa a todos los españoles", es otra frase muy efectista. Le pasa como a la anterior, que vale para un roto y para un descosido. Por ejemplo: "Yo únicamente hablo de lo que le interesa a los españoles", es una declaración que puede valer para no hablar de casi nada; para hablar sólo de lo que uno quiere hablar o para dejar de hablar de algo.

Haciendo en España lo que hay que hacer, se consigue otra cosa muy importante para el país: generar confianza. Generar confianza es otro de los grandes retos del programa económico de quien aspira a gobernar. Tienes un problema en los mercados, la solución pasa por generar confianza. La prima de riesgo se arriesga demasiado, hace falta más confianza todavía.

La confianza es como el amor verdadero, que ni se compra ni se vende: se tiene o no se tiene, por eso es tan importante. Importante es poco, es imprescindible para los mercados, para los empresarios, para los bancos y para los españoles. ¿Cómo se genera confianza? Aquí la respuesta está en una vuelta al inicio: haciendo en España lo que hay que hacer, ya que es lo que le interesa a los españoles que se haga.

Al igual que el neoliberalismo hace referencia a una política económica que pretende reducir al mínimo la intervención estatal y la socialdemocracia defiende la necesidad del Estado para una mejor redistribución de la riqueza, los principios básicos de la teoría económica de "En España hay que hacer lo que hay que hacer" están sustentados en tres ideas: hacer lo que hay que hacer, hablar de lo que le interesa a los españoles y generar confianza. Y para ello hay que ser muy escrupulosos con lo que se dice y no concretar medida alguna que pueda contribuir a crear malestar entre los votantes, ya que es sumamente importante la propia confianza de los electores en las medidas que hay que hacer, ya que hay que hacerlas.

Si Newton tuvo que esperar la caída de la manzana para poder reformular el concepto de gravedad, no alcanzo a entender que manía tenemos para que el PP anuncie su programa económico antes de que caiga el Gobierno de Zapatero. Sin esperar hasta dónde alcanza la caída, es imposible formular una teoría de la recuperación. Y es que como Rajoy empiece a dar señales de lo que hay que hacer en España, nos puede pasar a los ciudadanos lo que les pasó a Adán y Eva, que la tentación por conocer los detalles nos lleve a un descubrimiento inquietante: tras este infierno económico y esta sangría del empleo, los ciudadanos hemos sido, definitivamente, expulsados del paraíso.

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