La trama de fraude fiscal desmantelada por la Ertzaintza llegaba hasta Hungría
La operación ha exigido el mayor despliegue de la Policía vasca lejos de Euskadi
La trama de fraude fiscal desarticulada en los últimos días por la Ertzaintza se ramificaba en el extranjero y llegaba hasta países como Hungría. Así lo desveló ayer el consejero de Interior, Rodolfo Ares, durante una comparecencia de urgencia en Bilbao para explicar los detalles de una operación que sigue abierta y se ha saldado, hasta el momento, con 12 detenidos en Bizkaia, Cantabria, La Rioja, Toledo, Madrid y Barcelona. Nueve de ellos son de nacionalidad española, dos son argentinos y el restante es oriundo de Rumanía.
Ares no desveló el importe total de lo defraudado, ya que "todavía está por calcular", aunque avanzó que el fraude contra la Hacienda estatal y la vizcaína "supera el millón y medio de euros solo en lo que va de año". "La cantidad final superará los varios millones de euros", se limitó a concretar. La red operaba a través de una serie de empresas falsas que, distribuidas por distintas localidades españolas, actuaban a modo de pantalla para eludir el pago del IVA y reclamar, en segunda instancia, la devolución de parte de ese importe, pese a que nunca se había ingresado. "El delito era doble", desveló el titular de Interior. Posteriormente, los beneficios eran blanqueados mediante transferencias al extranjero. Al frente de las firmas se colocaba como testaferros a ciudadanos marginales y sin domicilio conocido.
La red ya había defraudado más de 1,5 millones de euros solo este año
Aunque en colaboración con el Cuerpo Nacional de Policía y la Agencia Tributaria, la operación, todavía abierta, ha estado liderada por la Ertzaintza, ya que el supuesto cabecilla de la trama tenía fijado su domicilio en Leioa. Los otros dos promotores de la red residían en localidades de Madrid. En total, se han llevado a cabo 13 registros de viviendas y locales, en los que la Policía vasca se ha incautado, entre otras pertenencias, de 27 ordenadores, 12 discos duros y 26 teléfonos móviles, además de numerosa documentación en papel. Los estafadores disponían también de una máquina industrial para contar dinero.
La investigación se inició en marzo, tras recibir la Ertzaintza una denuncia anónima por parte de un ciudadano. Ares incidió ayer en este aspecto al apelar a la colaboración de la sociedad para evitar el fraude fiscal, un delito "despreciable" que, según recordó, supone "un robo a todos los ciudadanos" y "merma" la capacidad institucional de tener recursos. Además, agradeció la implicación de los especialistas en investigación criminal de la Policía vasca y de todos los efectivos que han hecho posible una operación que se ha convertido en la que más agentes ha movilizado fuera de Euskadi. "Se ha demostrado que tenemos una de las mejores policías de Europa", destacó el consejero.
Según el informe de 2010 sobre la situación en España de la delincuencia organizada, los grupos dedicados a este tipo de delitos se incrementaron un 60% en comparación con 2009.
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