Televisión pública, plural y de calidad

El modelo de televisión pública que disfrutamos desde hace poco tiempo, sin publicidad, con informativos plurales y programas de calidad en ambas cadenas, sin someterse a los dictados de intereses comerciales, es uno de los mayores logros del Gobierno saliente.

En los últimos días hemos asistido al lamentable espectáculo de unos políticos que vuelven a pensar en la televisión como un aparato de propaganda y no como un servicio público. Ojalá que el plante de profesionales y la crítica de algunos portavoces sirva para vacunar para siempre esta enfermedad infantil que hemos sufrido desde la fundación de RTVE hasta hace bien poco -salvo el paréntesis de Castedo-.

Ojalá que a partir de ahora podamos disfrutar de una RTVE de todos y para todos, con buenos informativos y todos los demás ingredientes de una televisión de calidad, siguiendo la estela de ARD o BBC. Una televisión de servicio a los ciudadanos, neutral, crítica y plural, que forme, informe y entretenga, es uno de los pilares de una democracia moderna y tecnologizada como la que vivimos. Ojalá que otros pilares, como la transparencia en las Administraciones o una ley electoral justa, mejoren algún día.- Eduardo Ros Ibarra. Valencia.

Tanto transitar para llegar a la misma posición. Y es que no hay manera: siempre se les ve el pelo de la dehesa. Eso le ha pasado al Consejo de RTVE, al volver a reverdecer (a pesar de la cercana otoñada) los viejos roles y costumbres de tiempos pasados. Sorprende que a estas alturas volvamos a las andadas, y no es cuestión de derechas o de izquierdas (ya nos gustaría saber dónde estriba la diferencia), sino de talantes, palabra muy de moda en otros tiempos. Aquí todo es tornar al control y la supervisión, no sea que las libertades se les atraganten a los ciudadanos y estos acaben saliendo por peteneras. Se trata, pues, de férreo control. ¿Y para ello hemos venido hasta estos pagos? Señores, ¡basta ya! (excúsenme esta expresión, que no tiene más ánimo que su expresión lingüística). Y por reseñar, sorprende la posición de algún representante de un famoso sindicato. Será que los tiempos asamblearios pasaron a mejor vida, y hoy también se decide por delegación, pues parece ser que los jefes de ninguno de los presentes estaban informados. Tiempos de hogaño que nos recuerdan tiempos de antaño.