La Mercè danza en la Ciutadella
El parque es el escenario de actuaciones en homenaje a San Petersburgo, hermanada con Barcelona en las celebraciones de este año
Unas fiestas de la Mercè que arrancan entre semana, como este año, no dejan de ser extrañas. La ciudad vive el ritmo normal de cada día y la concentración de espectáculos -sobre todo de día- se limita al fin de semana: hoy, día de la patrona, y el domingo. Pero hay alguna excepción y el parque de la Ciutadella se convirtió en la noche del jueves en el primer escenario de la Mercè.
Mientras los miles de turistas no salían del entorno más céntrico de las fiestas -plaza del Rei, plaza de Sant Jaume, la plaza de la Catedral y, sobre todo, La Rambla- el público autóctono -y más conocedor- paseaba por los caminos del parque de la Ciutadella con una iluminación que se limita a perfilar los senderos.
Cientos de personas acudieron a presenciar los primeros espectáculos en los escenarios centrales del parque: la cascada y el lago. Handmade es una coreografía que seduce: unas manos blancas que danzan al son de la música en la más completa oscuridad.
Es el prólogo -cortito, de 15 intensos minutos- de lo que viene después: la representación del Teatre Mariinsky de San Petersburgo, junto con compañías catalanas, del Lago de los Cisnes. En un montaje de 60 minutos de la original música de Chaikovski, Barcelona rinde homenaje a la ciudad rusa, que este año es la hermanada con las fiestas de la Mercè. Un hermanamiento que también ha traído hasta Barcelona compañías de circo que actuarán este fin de semana en el castillo de Montjuïc.
Volviendo al Lago de los Cisnes, en el parque de la Ciutadella, es una representación en la que el espectador tiene cierta participación ya que si no se mueve se pierde parte del espectáculo. O no ve a Sigfrid, o se pierde a la reina Odette o, lo que es peor, no ve el ballet de las jóvenes -cisnes- que danzan sobre una plataforma en el lago.
El montaje arranca con la cascada como el escenario central junto con el quiosco, a donde llega la reina en un carruaje que pasa por el medio del público. Si el espectador quiere ver una de las coreografías más famosas de la obra -los cisnes blancos que bailan entrelazados- no le queda otro remedio que seguir unas flechas iluminadas -de gran tamaño- que portan actores vestidos al uso de la época con peluca de rizos incluida.
Con poca luz, y siguiendo las flechas, resulta toda una maniobra en busca de un rincón con buena visibilidad sobre el lago de la Ciutadella. Las flechas vuelven a indicar un cambio de escena y el público debe desplazarse, de nuevo, hacia la cascada donde se representa el dramático final de la obra, la muerte del cisne.
El espectáculo cuenta con unas proyecciones -realizadas por Urano, el mismo estudio que ha creado las que se exhiben sobre la fachada del Ayuntamiento- que parecen dar movimiento y vida a la cascada. Nada que ver con la grisura de la piedra.
Un pleno en fiestas
No es habitual que el Ayuntamiento de Barcelona celebre un pleno extraordinario en las fiestas de la Mercè. Ayer, sin embargo, el Consistorio se reunió para pronunciarse sobre la normalización lingüística del catalán en la enseñaza después de las sentencias que cuestionan el modelo de inmersión por el recurso de tres familias. La propuesta fue de Unitat per Barcelona (UpB) y todos los partidos, excepto el Partido Popular, dieron el visto bueno a una declaración que, en síntesis, defiende el modelo de inmersión lingüística "porque es un éxito y garantiza la cohesión". Los cuatro grupos -CiU, PSC, ICV-EUiA y UpB- lamentaron, además, la utilización política que se está haciendo del catalán cuando no hay ningún problema real. Alberto Fernández Díaz, presidente del PP, se desmarcó de la declaración. Considera que el castellano debe estar en igualdad de condiciones que el catalán para respetar la elección de los padres. El líder del PP se molestó, además, por la convocatoria del pleno extraordinario en plenas fiestas de la patrona: "Eso sí que es politizar", subrayó.
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