Euskadi renueva sus cárceles
Álava estrena hoy centro - Bildu recela del proyecto donostiarra y Maroto, de un centro de inserción en Vitoria
Con la inauguración hoy de la nueva cárcel de Álava en Zaballa, término municipal de Iruña de Oca, Euskadi da por terminada la primera etapa de la renovación de sus infraestructuras penitenciarias. El camino desde que el consejo de Ministros aprobase su creación en diciembre de 2005 ha estado plagado de paradas en los tribunales. La Diputación de Álava, gobernada entonces por el PNV, se gastó más de 100.000 euros en recurrir hasta el Tribunal Supremo, para defender la negativa encabezada por el Departamento de Medio Ambiente, en manos de EA hasta que su alianza con los peneuvistas saltó por los aires en 2010. El ente foral alegaba que no se había realizado la preceptiva declaración de impacto ambiental.
Interior desmiente que el nuevo centro esté relacionado con el final de ETA
Los planes de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, en el País Vasco para los próximos años incluyen también un nuevo centro penitenciario en Gipuzkoa que reemplazará la cárcel de Martutene, así como tres centros de inserción social en los distintos territorios -están pensados para las personas que están en la última fase del cumplimiento de su pena-. De momento ya han surgido resistencias en Vitoria, donde el nuevo alcalde, Javier Maroto, del PP, hizo campaña prometiendo que no permitirá que se instale un centro de este tipo en "ningún barrio" de Vitoria. Fuentes oficiales del consistorio confirman que mantiene su rechazo.
En Gipuzkoa, la nueva cárcel que reemplazará a Martutene fue pactada con el anterior gobierno local, del PSE, que veía con buenos ojos aprovechar el emplazamiento para la expansión de la ciudad. Las obras en el barrio de Zubieta están en fase de movimiento de tierras. La nueva corporación local, con Bildu al frente, no ha adoptado ningún acuerdo que suponga la paralización de la nueva cárcel, aunque el acalde, Juan Karlos Izagirre, se ha mostrado contrario a este proyecto, informa Mikel Ormazabal. Frenarlo supondría dejar de ingresar ocho millones de euros por la venta de los terrenos donde se ubica el actual centro e imposibilitar la construcción de 1.300 viviendas protegidas en lo que se denomina como Txomin Enea.
El hecho de que los viejos centros de Nanclares de Oca y Martutene vayan a cerrar se debe a que Euskadi tiene menos necesidades en materia de plazas penitenciarias. En Murcia o Canarias, por ejemplo, el aumento de la población carcelaria obliga a mantener los antiguos recursos abiertos a pesar de la inauguración de dos nuevos centros de nueva generación similares al que se estrenará hoy en territorio alavés.
Más que una cárcel, será una ciudad penitenciaria. Cuenta con 720 celdas de 13 metros cuadrados pensadas para albergar a dos personas en cada. Prescindirá del simbólico elemento disuasorio que suponían las torres de vigilancia, aunque un sofisticado sistema de cámaras servirá de ojos a los funcionarios que empezarán a instalarse allí en las próximas semanas. Se espera que el traslado de los reclusos se haga de forma paulatina en los próximos meses, según fuentes oficiales de Instituciones Penitenciarias.
La nueva cárcel cuenta, según las citadas fuentes, con las infraestructuras necesarias para aplicar la ley vigente y el objetivo de la reinserción. Tiene vistas al monte Gorbea, instalaciones deportivas, piscina, una zona educativa para enseñanza reglada, talleres formativos y productivos para que los presos puedan trabajar, así como un instalaciones para atención sanitaria -Euskadi será la primera comunidad autónoma que gestione la atención sanitaria en las cárceles-. El uso de las zonas de actividades es objeto de un riguroso control, con horarios muy estrictos. Los presos seguirán pasando casi doce horas al día privados de libertad en sus celdas.
Instituciones Penitenciarias desmiente con rotundidad que la nueva cárcel sea parte de algún plan vinculado al final de ETA. Recalca que es rotundamente falso que vaya a haber un módulo especial para presos etarras o que vaya a haber movimientos masivos de presos. El único camino que los presos de la banda tienen para ser acercados al País Vasco o poder acogerse a los beneficios penitenciarios, es individual: desmarcándose de la banda y rechazando la violencia, reconociendo el daño causado a las víctimas y asumiendo las indemnizaciones por responsabilidad civil. Hasta ahora, la cárcel de Nanclares agrupaba a un núcleo que presos etarras que ahora se opone a la violencia.
Los escollos
- La Diputación de Álava, entonces gobernada por el PNV, se gastó más de 100.000 euros en recurrir hasta el Tribunal Supremo para impedir la construcción de la nueva cárcel alavesa.
- En Vitoria, el alcalde, Javier Maroto, se opone a la creación de un centro de insersión social para presos que estén terminando su pena.
- En San Sebastián, Bildu se opone al proyecto del penal de Zubieta.
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