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Reportaje:

Chillida-Leku, un lujo cerrado

La familia del escultor se plantea opciones para su colección fuera de Euskadi si la negociación con las instituciones no avanza "en un tiempo razonable"

Ignacio Chillida repasa los cantos de la escultura Elogio del cubo (1990), un gesto rutinario y devoto que hace con las obras de su padre cuando pasea por las campas de Zabalaga. El Museo Chillida-Leku, que cerró el pasado 1 de enero asfixiado por el déficit -dos millones en 10 años- y la caída de público, se mantiene impecable y activo. Solo varía alguna escultura que rompe con el paisaje habitual, obras que sustituyen a las que se están exponiendo en distintos lugares del mundo.

Ignacio, uno de los ocho hijos del escultor Eduardo Chillida y director del departamento de Obra y Artista del centro, reflexiona sobre lace que se están planteando otras opciones fuera de Euskadi. A la pregunta de si incluso mover la colección entera, responde: "Si fuera necesario. Queremos que la colección se quede aquí, pero si en un tiempo razonable esto no tira para adelante será una alternativa muy real. ¿Qué vamos hacer aquí? ¿Quedarnos a mirar cómo crece la hierba? Si en un futuro próximo se ve una luz, bien; si no, esto está mucho mejor en otro lugar u otros lugares porque pueden ser muchos. Aunque no es lo que queremos".

Cultura reitera su interés en la reapertura del museo
La familia confía en que los partidos presionen para reabrir los contactos
"Si tenemos parado el museo por qué no moverlas", dice Ignacio Chillida

El pasado viernes se cumplió el undécimo aniversario de la inauguración del museo, un día que simbolizó el sueño del escultor. Hoy el futuro del centro sigue incierto. El cierre obligó a las instituciones y a la familia a sentarse a hablar, pero el pasado marzo se rompieron las negociaciones.A estas alturas, el Gobierno vasco ha desterrado la fórmula de la adquisición patrimonial, que planteó en su momento con una oferta de 80 millones de euros. La familia sostuvo entonces, entre otras cuestiones, que la propuesta acababa con el carácter monográfico de Chillida-Leku, el control de cuyos usos rechazó perder.

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De momento, no hay nuevos contactos con el Gobierno. Cultura asegura que no quiere dar carpetazo al asunto y pretende que se reabra el museo. "A día de hoy, la segunda opción que está sobre la mesa es la de ver la manera de restringir hasta lo posible el déficit de explotación y valorar cuánto podemos aportar las instituciones para que Chillida-Leku esté al alcance de todos los vascos y no vascos", destacan fuentes de Cultura. "A partir de ahí, se plantearía un acuerdo en la gestión. Todo esto, teniendo en cuenta que estamos en crisis y que hay que ser escrupulosos con el dinero público", añaden. En cualquier caso, siempre sería "un arreglo transitorio".

La familia Chillida ha abierto una vía de diálogo con los partidos. Los herederos confían en que presionen para que reabrir las negociaciones con las instituciones en la dirección en la que la familia considera que deben ir: "Unidad de la colección en los actuales terrenos, el carácter monográfico de la obra que recoja el museo así como el derecho de veto en lo que afecte a la salvaguarda de la obra y la imagen de Chillida".

A finales de este mismo mes, la Comisión de Cultura del Parlamento visitará Chillida-Leku en respuesta a la invitación que hicieron los representantes de la la familia cuando comparecieron en la Camára el pasado junio. La preocupación de los herederos por que las instituciones garanticen el futuro del museo solo puede implicar, según Cultura, "una compra, que no se contempla, o una cesión por parte de la familia a las instituciones públicas, cuestión que no se ha planteado en ningún momento, pero que podría ser una alternativa".

Muchas personas todavía se acercan a la verja para intentar entrar en Chillida-Leku, pero son muy pocos los que lo consiguen. Apenas algunos visitantes privilegiados han traspasado estos meses el umbral. "Somos selectivos, es una pena, y tenemos que abrir las puertas para algunas personas que vienen. Suele ser gente interesante para nosotros. Han venido alemanes y suizos, entre otros y queremos que vean la colección", explica Ignacio Chillida.

La sensación que se respira en Zabalaga es que el tiempo apremia para la familia. "No podemos estar así toda la vida. Estamos hablando con mucha gente. Es fundamental que la colección se quede aquí, pero si no tenemos alternativas habrá que pensar algo. No podemos aguantar mucho tiempo, porque es un lujo tener el museo cerrado", inciden los herederos. De momento, toda la familia está de acuerdo sobre qué hacer con la colección, pero esa unión puede tener un límite.

El viaje de las obras a lo largo del mundo

Parte de la colección del museo Chillida-Leku, esa que entre todos los hijos de Eduardo Chillida y su esposa, Pilar Belzunce, delimitaron como la máxima representación del escultor y cuyo futuro se negocia con las instituciones, se encuentra expuesta actualmente en lugares tan dispares como Teruel, Santiago de Chile, Saint-Paul de Vence, en las cercanías de Niza. Otras piezas llegarán en octubre a Corea del Sur.

"Si puedo evitar coger las de la colección de Chillida-Leku lo evito, pero las estoy sacando porque tenemos muchísimos frentes abiertos y, en función de las muestras, necesitas una obra en concreto para mantener el discurso museístico", explica Ignacio Chillida, comisario de las exposiciones. De las casi 200 obras propiedad de la familia, buena parte se pueden ver actualmente en la sede de la Fundación Maeght en dicha localidad francesa, y en las otras tres muestras citadas. En la que está programada en Corea del Sur se expondrán en las salas de unos centros comerciales.

Ignacio Chillida reconoce que le gusta cambiar piezas de sitio. Ahora mismo, donde se ubicaba Arco del Triunfo, hoy en Francia, se ha situado Elogio del cubo. Asegura que las propias obras le llaman y piden salir de la tierra. "Cuando estamos programando exposiciones parece que todas te miran y te dicen: '¡Que ya me toca salir a mí, que llevo cuatro años quieta!", bromea.

Chillida-Leku echó el cerrojo, pero dentro sigue su actividad. Siete personas trabajan para sacar adelante proyectos que van desde jornadas para estudiosos de la obra del autor o exposiciones temporales en otros lugares hasta seminarios en torno a su figura. Una de estas citas será Al alba conocí la obra, que se celebrará los próximos 30 de septiembre y 1 de octubre en Chillida-Leku. Durante dos días, las puertas del museo se abrirán para las 120 personas que asistan a las jornadas. "Cerrado cuesta 300.000 euros al año; no podemos permitirnos estar sin hacer nada. Además, siempre hemos hecho exposiciones y es una forma de cubrir gastos", señala Ignacio Chillida. "Aunque no siempre hemos cobrado por ceder obras", recalca.

El hijo del artista reconoce que su familia siempre ha tenido voluntad de que la obra del escultor se mueva. "Si tenemos parado el museo por qué no. Chillida no es Chillida-Leku y lo seguirá siendo esté o no abierto el museo. Si se trata al final de que se conozca la obra de Chillida, sacándola fuera la va a ver más gente, pero no era esto lo que quería Eduardo", concluye.

Las exposiciones

- Saint-Paul de Vence. Chillida, la exposición abierta del 16 de junio al 13 de noviembre en la sede de la Fundación Maeght en esa localidad de la Costa Azul, es una de las mayores retrospectivas de la obra del autor vasco. Incluye varias piezas de gran formato provenientes de las mejores colecciones europeas, además de la propia coleccion de la familia Chillida y de la Maeght.

- Teruel. El Museo Salvador Victoria presenta del 2 de julio al 30 de octubre seis esculturas de tierra, una realizada en alabastro, otra de acero, siete collages y 16 grabados.

- Santiago de Chile. La galería Patricia Ready inaugura el próximo jueves la muestra Reflexión-Materia, que ha sido organizada en colaboración con el Inparce de Barcelona. Hasta noviembre se muestran cinco esculturas de acero, una de hierro, cuatro realizadas en alabastro, otra en granito, ocho de tierra, 13 gravitaciones, 20 grabados, cuatro collages y ocho dibujos.

- Corea del Sur. Muestra itinerante de la Shinsegae Gallery en cuatro ciudades, en cada una de las cuales permanecerá más de un mes entre octubre y abril de 2012.

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