Fellini se desnuda en San Telmo
Una muestra con 400 piezas recoge el particular universo del director italiano
Federico Fellini (Rímini, 1920- Roma, 1993) no era de guardar cosas. Ni fotografías, ni documentos, ni películas, ni nada. Solo quería hacer cine. En contraposición, la exposición Federico Fellini. El circo de las ilusiones, lejos de articularse a través de cronologías o filmografías, recoge las principales obsesiones del director italiano a través de imágenes, periódicos o caricaturas como retrato del siglo XX. "Un acto a traición contra su voluntad pero necesario", definió Gerald Morin, su ayudante de dirección en los 70 y presidente de la Foundation Federico Fellini pour le Cinéma, el hecho de montar una muestra extensa y visual entorno al genial director de películas como La Strada (1954) o La dolce vita (1960).
Se trata de analizar, buscar, comprender y mostrar el mito felliniano
Organizada por la Obra Social La Caixa con la colaboración de la Fondation Fellini pour Le Cinéma, la Fondazione Federico Fellini y la Cineteca di Bologna, la exposición se inauguró ayer en el Museo San Telmo de San Sebastián hasta el 13 de noviembre como antesala del Festival Internacional de Cine, que arranca el próximo viernes.
Los renovados espacios del museo acogen en 1.000 metros cuadrados más de 400 piezas entre fotografías, dibujos, caricaturas, vídeos, carteles, periódicos, revistas y extractos de sus películas, algunos de ellos inéditos, recogen el trabajo de un mito del cine para mostrarlo y comprenderlo.
En una multitudinaria rueda de prensa, El circo de las ilusiones, fue presentado por el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, el ayudante de dirección de Fellini en los 70 Gerald Morin, el director de la Fundación Federico Fellini de Rimini, Paolo Fabbri, y los responsables de La Caixa Juan José Muguruza y Lluís Reverter.
Ante la atenta mirada de José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia y la directora de San Telmo, Susana Soto, que se encontraban entre el público, Morin desgranó algunas de las peculiaridades de un realizador que rodó todas sus películas en Roma, en los estudios de Cinecittà. Un realizador que no le gustaba tanto rodar como "conocer gente, ir al encuentro de historias, preparar la película, en definitiva", recordó Morin, que lleva 40 años coleccionando cualquier objeto relacionado con el director de Rímini.
La exposición contiene infinidad de curiosidades sobre la vida y obra del cineasta, como sus primeras caricaturas, extractos de un gran libro, creado a lo largo de 30 años, en el que el realizador dibujaba sus sueños diariamente, carteles de sus películas, cómics, vídeos de castings o fotografías enviadas por sus seguidores. Reverter, gran entusiasta del realizador, definió la muestra como una "sensación de haber recorrido un mundo que fue y que marcó una época".
La exposición pone el ojo en las obsesiones de Fellini. Las imágenes que le inspiraron, las que soñó y las que construyó. "Era un hombre que le interesaba la realidad pero la transformaba plasmándola con su propia verdad", señaló Morin. La mujer en todo su poliformismo, el psicoanálisis, los sueños, la ambigüedad de su sentimiento religioso, "¿era católico o no?", planteó Morin. Entre medias, aparecen pinceladas sobre el fascismo, la cultura popular o la infancia, elementos que recogen sus películas y que se verán en una retrospectiva de su filmografía durante las próximas semanas, fuera de la programación del Zinemaldia.
En un guiño a la relación de Fellini con España, Morin recordó que Buñuel fue uno de sus realizadores favoritos, que le encantaba Piccaso y que le hubieran gustado las películas de Pedro Almodóvar que no pudo ver.
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