Las dudas sobre los planes de ajuste en Italia y Grecia avivan las tormentas
La Comisión y el BCE muestran su preocupación por la tibieza del Gobierno de Berlusconi - Las primas de riesgo española e italiana vuelven a repuntar
A pesar del fracaso de la reunión entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy de mediados de agosto, los mercados financieros se mantuvieron relativamente tranquilos durante las dos últimas semanas. Pero el alivio ha durado solo eso, 15 días, en buena parte gracias a la compra de deuda soberana de España e Italia por parte del Banco Central Europeo (BCE). Varios elementos confluyeron ayer para desatar la alarma en los mercados. La prima de riesgo (el sobreprecio de financiación de la deuda respecto a Alemania) de Italia y España se disparó de nuevo hasta 320 y 311 puntos básicos, respectivamente, mientras el riesgo asociado a Grecia rozó los 1.630, alcanzando un nuevo máximo tras el relajo que había traído la aprobación del segundo plan de rescate el pasado mes de julio.
Las negociaciones con Atenas sobre el déficit quedan en punto muerto
Trichet presiona a Roma para que sanee las cuentas públicas
Tres causas han desatado el nerviosismo esta vez: la desconfianza sobre el ajuste de Italia; el nuevo descontrol de déficit de Grecia y la subsiguiente parálisis de las negociaciones con la UE; y, sobre todo, el aumento de los malos presagios sobre la recuperación económica mundial, lo que agrava de nuevo la situación de los bancos. El descalabro fue mayor en los bonos a dos años, donde el rendimiento de la deuda griega subió en un solo día más de 230 puntos.
En España, ni siquiera la aprobación por una abrumadora mayoría parlamentaria de la reforma constitucional para consagrar el equilibro fiscal sirvió para calmar los ánimos. La prima de riesgo se disparó hasta los 311 puntos básicos, el nivel más alto desde los primeros días de agosto, cuando el BCE tuvo que intervenir en el mercado de la deuda para evitar un desastre en la zona euro. El riesgo alcanzó entonces los 417 puntos, y en tan solo dos jornadas el BCE logró reducirlo por debajo de los 280. Más preocupante aún es la situación italiana, que tiene que pagar un rendimiento por los bonos a 10 años del 5,25%, frente al 5,1% español.
Tanto la Comisión Europea como el BCE temen que el drástico plan de ajuste anunciado a bombo y platillo por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el pasado 5 de agosto se están diluyendo por las presiones de los partidos. Amadeu Altafaj, portavoz del Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, expresó sus dudas sobre el plan de ajuste italiano. "Estamos preocupados", dijo, "por el peso otorgado a la lucha contra la evasión fiscal en la nueva propuesta" del Gobierno italiano. "La eficacia de estas medidas", precisó "es muy difícil de medir". La Comisión esperará a ver el texto final para hacer una valoración completa.
El Gobierno de Berlusconi anunció a principios de agosto su propósito de adelantar el logro del equilibrio presupuestario a 2013 y no hasta 2014, como estaba previsto anteriormente, para lo que propuso un ajuste radical de 45.500 millones de euros.
La inquietud sobre el alcance real del ajuste italiano inquieta especialmente al BCE, la entidad que con sus decisiones heterodoxas ha evitado un torbellino mayor en la zona euro. El presidente del Eurobanco, Jean-Claude Trichet, apremió al Ejecutivo italiano a que cumpla su prometido paquete de austeridad.
En una entrevista con el diario italiano Il Sole 24 Ore, Trichet calificó de "extremadamente importante", el cumplimiento de las medidas prometidas. "Es por eso esencial que los objetivos anunciados para la mejora de las finanzas públicas sean completamente confirmados y aplicados", añadió el responsable de la política monetaria en la zona euro. El gobernador del Banco de Austria y miembro del Consejo del BCE, Ewald Nowotny, advirtió de que no se permitiría a Italia incumplir los compromisos efectuados el mes pasado. "Tomo esto muy seriamente", dijo Nowotny. "Y lo veo como un asunto de la credibilidad de Italia y de la cooperación con el programa europeo", añadió, según recoge Reuters.
Las promesas italianas estaban directamente relacionadas con la carta que el BCE envió a Italia, al igual que a España, en la que se sugerían ciertas medidas de ajuste como condición para la compra de su deuda. El gobernador austriaco fue muy preciso. "Está completamente claro y no es ningún secreto que este programa empezó sobre la base de una carta que fue enviada al Gobierno italiano y que tenía ciertas consideraciones... sobre cómo las finanzas públicas italianas debían ponerse en una senda sostenible de nuevo", aseguró.
En Grecia, el deterioro de la situación se produjo al reconocer el Gobierno que el déficit público para este año alcanzará el 8,8% del PIB, en lugar del 7,4%, previsto, después del 10,5% registrado en 2010. "Esta revisión se debe a la recaída en la recesión", precisó el ministro de Finanzas, Evangélos Vénizélos, que reconoció que la contracción de la economía será del 5% en lugar del 3,5%. Vénizélos considera "muy arriesgado" contar con una vuelta al crecimiento en 2012, lo que contradice los objetivos del plan de recuperación económica dictado al país por la UE y el Fondo Monetario Internacional.
La Comisión Europea emitió ayer un sucinto comunicado en el que desmentía que las negociaciones con las autoridades griegas estuvieran bloqueadas. La declaración indicaba que la primera ronda de discusiones terminó en la tarde del jueves, como estaba previsto. La Comisión subrayaba que la misión había hecho "buenos progresos", pero que dejaba temporalmente Atenas para permitir a las autoridades concluir los informes técnicos, vinculados entre otras cosas al Presupuesto de 2012 y a las reformas estructurales.
La realidad es que los draconianos ajustes exigidos por la UE y el FMI han sumido a Grecia en una recesión cada vez más agudizada. La economía helena cayó el 2% en 2009; se hundió de nuevo un 4,5% el año pasado; y para este año está prevista una contracción mayor, del 5%.
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