López llama a una Euskadi unida y sin "taifas"
El 'lehendakari' ve "insostenible" la descoordinación en la lucha contra el fraude - El Gobierno refleja su preocupación por la posible fragmentación institucional
El Gobierno se muestra preocupado por la fragmentación institucional de Euskadi. En el discurso oficial con el que el lehendakari, Patxi López, abrió ayer el curso político en San Sebastián tras reunir a su Consejo de Gobierno por vez primera tras las vacaciones, instó a partidos, Diputaciones y Ayuntamientos a trabajar unidos por los dos principales retos que Euskadi tiene sobre la mesa y que van a condicionar su futuro: el "sueño de la paz" y la recuperación económica y del empleo.
El mismo día que su Ejecutivo alumbraba un proyecto de ley Municipal que, después de 30 años de intentos baldíos, intenta completar la arquitectura institucional vasca, López se mostró solemne al asegurar que su Gobierno asume la responsabilidad de garantizar la "unidad de Euskadi", sin que se fragmente en poderes territoriales "que funcionen a modo de reinos de taifas que se dan la espalda y se enfrenten entre sí", y para lograr la coordinación de esfuerzos en un momento que requiere de la unión más que de la división. Por vez primera en democracia, cada una de las principales instituciones vascas -el Gobierno y las tres Diputaciones- está dirigida por un partido distinto: el PSE encabeza el Ejecutivo; el PNV, la Diputación de Bizkaia; Bildu, Gipuzkoa, y el PP, Álava. También cada capital es de un color y el panorama va a complicarse con unas elecciones generales en menos de tres meses.
La reforma fiscal quiere evitar que dejen de recaudarse 2.500 millones al año
López rechaza convocar la Comisión Mixta del Concierto
El 'lehendakari' acusa a Bilbao de "hacer demagogia sin sentido"
Apremiado por el hecho de haber superado ya el ecuador de la legislatura y por una situación económica que no acaba de remontar, el lehendakari apeló a la tradicional capacidad de los vascos para avanzar con pactos entre diferentes. En un guiño al desarrollo logrado por Euskadi con las coaliciones entre PNV y PSE en la década de los noventa, reclamó un esfuerzo para ser capaces de transformar la fragmentación institucional en una oportunidad para crecer.
En este contexto, el lehendakari calificó como prioritaria la lucha contra el fraude fiscal, una de las claves de reforma tributaria que quiere impulsar de inmediato, para evitar que las Haciendas dejen de ingresar en conjunto unos 2.500 millones de euros al año.
En ese momento, ya en el turno de preguntas, López cargó contra las Diputaciones al considerar "insostenible" que sigan trabajando de manera descoordinada contra al evasión de impuestos. Esa apelación a evitar los "reinos de taifas" apuntaba así también a la habitual desunión contra el fraude que resta capacidad a las instituciones forales.
Más optimisma se mostró con respecto a una paz que cada día se visulmbra con más claridad. "Aunque no se pueda asegurar con rotundidad y seguridad"que este curso vaya a ser el del final de ETA, Euskadi está cada vez más cerca de conseguir la "paz y la libertad definitiva".
La guerra contra el fraude fiscal irá unida al debate de la reforma del sistema tributario, que, pese a las criticas recibidas desde que hizo el primer anuncio, López destacó que los partidos empiezan a considerar necesaria. "Sin las últimas reformas de impuestos que han abordado las Diputaciones estaríamos recaudando 5.000 millones de euros más al año. Tendríamos el problema resuelto", resaltó.
El lehendakari ya les planteó el pasado 20 de julio a los tres diputados generales la urgencia de empezar a trabajar en esa reforma y avanzar en sistemas de coordinación contra el fraude. El Ejecutivo llevará sus propuestas en octubre al Órgano de Coordinación Tributaria. López recordó que la situación económica justifica una intervención fiscal. Después de numerosos ajustes en el gasto público, el Ejecutivo cree que hay que empezar a actuar sobre los ingresos. Y, sobre todo, cuando la posibilidad de que la recaudación de agosto, que se conocerá en septiembre, puede obligar al Ejecutivo a recalcular a la baja el crecimiento del 1,4% del PIB que prevé para 2011.
Las exportaciones, que tiraban de la economía, se están frenando tras la ralentización de las principales economías europeas: Alemania y Francia.
Respecto al debate fiscal, López recordó que ya hay algunas instituciones que se han sumado de hecho a ese carro. El Ayuntamiento de Bilbao, que dirige el peneuvista Iñaki Azkuna, ha decidido subir una media del 2,5% los impuestos y tasas locales quitando argumentos a su compañero de partido, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, que se ha negado a una revisión tributaria al alza.
López criticó con dureza a Bilbao, al que acusó de "hacer demagogia sin sentido" con ese asunto y también con la posible afección sobre el autogobierno de la reforma constitucional para limitar el déficit. El lehendakari recalcó que no va a convocar la Comisión Mixta de Concierto, como le han reclamado el presidente del PNV, Iñigo Urkullu y el propio Bilbao.
Y recalcó que comparte "al cien por cien" la postura que el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, mantiene sobre la reforma. De esta manera, se refería a las declaraciones de Rubalcaba en las que trasladó al presidente Rodríguez Zapatero, que no "hubiera hecho así" la reforma.
Un saludo premeditadamente frío
Deliberadamente rápido. El apretón de manos entre el lehendakari, Patxi López, y el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, de Bildu, resultó ayer premeditadamente frío y rápido. Llevaban sin verse desde el pasado 20 de julio, cuando López presentó a los responsables de las tres instituciones forales por separado sus planes de reforma tributaria, pero desde entonces se habían enfriado mucho más las ya tensas relaciones entre ambos.
Las muestras de cercanía de representantes de Bildu y del propio Garitano con familiares de presos de ETA y su distancia de las víctimas de la banda han merecido a lo largo de todo el mes durísimos reproches del resto de los partidos, incluyendo las contundentes descalificaciones del propio López.
[El PP registró ayer en las Juntas de Gipuzkoa una interpelación para que Garitano aclare sus recientes palabras sobre el "error" que suponen las acciones de ETA en Cataluña, diferenciándolas de los atentados cometidos en el resto de España].
El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, también de Bildu, se mostró ligeramente más emotivo en su papel de anfitrión con López, al que dio una palmadita en la espalda tras el apretón de manos, quizá porque el PSE se solidarizó con el edil popular donostiarra Ramón Gómez tras las críticas que recibió por brindar con Izagirre en las fiestas de San Sebastián.
López llegó minutos antes de las diez de la mañana al Palacio Miramar, donde ya le esperaban en fila los consejeros de su Gobierno, así como Garitano e Izagirre, y la presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Lohitzune Txarola, miembro igualmente de la coalición soberanista. El
saludó primero a la titular de Cultura, Blanca Urgell, y después al resto de miembros de su equipo y a Txarola, quien se encuentra en avanzado estado de gestación.
Poco después de saludar al diputado y al alcalde, todos posaron en un acto adelantado para la foto de familia y después tomaron un café en el que, aunque hablaron unos minutos, evitaron abordar cuestiones polémicas, según fuentes institucionales.
Tras el Consejo de Gobierno, y sin citar ni a Bildu ni a sus dirigentes, López no dejó de enviarles un recado, como a toda la izquierda abertzale: "Sigue habiendo puntos negros. Sigue habiendo personas aferradas al pasado que se niegan a participar en la nueva Euskadi democrática".
El recordó a los radicales que "la democracia les ha dado una nueva oportunidad, pero son ellos a los que corresponde dar pasos decididos y claros. No les debemos absolutamente nada, al revés". Y emplazó a la izquierda abertzale a reconocer "la responsabilidad" del pasado y moverse "para hacer que ETA desaparezca definitivamente".
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