El tren salió con antelación
Quienes viajen entre Tashkent y Samarcanda, las dos ciudades más importantes de Uzbekistán, podrán hacerlo a partir de ahora en solo dos horas. Siempre que compren su billete en el tren de alta velocidad Talgo UTY T-250, que en la exrepública soviética se conoce como Afrosiyob, que recorre la distancia entre la capital y la mítica ciudad de la ruta de la seda en la cuarta parte de tiempo en el que lo hacía el modelo anterior (ocho horas).
El contrato que la compañía ferroviaria Uzbekistan Temir Ullari firmó con la empresa española se realizó en 2009, por 38 millones de euros para dos trenes, y todo estaba previsto para que la inauguración del trayecto con el vertiginoso nuevo modelo se celebrara hoy, 31 de agosto. El consejero delegado de Talgo, José María de Oriol, y el embajador español en Moscú, Luis Felipe Fernández de la Peña, se han desplazado ya a Tashkent. En cuanto a los medios
de comunicación, las autoridades uzbekas no concedieron el visado a los periodistas españoles que querían asistir.
Así estaban las cosas cuando se supo que la celebración del acontecimiento había tenido ya lugar. El 26 de este mes, los dirigentes de Uzbekistán subieron en Tashkent al flamante Talgo y, dos horas después, se bajaron en Samarcanda, donde fueron recibidos con música y flores. A este viaje fueron invitados los embajadores de Estados Unidos, Polonia, Gran Bretaña y Turkmenistán, así como numerosos notables del lugar.
Uzbekistán se independizó sin mucho convencimiento de la Unión Soviética el 1 de septiembre de 1991 y, en diciembre de ese año, tomó el poder Islám Karímov, que había sido el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la República Socialista Soviética de Uzbekistán. Ganó con el 88% de los votos y, a partir de ese momento, simplificó notablemente el nombre de su cargo, que ha mantenido desde entonces ganando todas las elecciones con porcentajes inmensos de votos.
Los grandes ingresos del país -gas natural, oro, algodón- se concentran en muy pocas manos y ejerce su autoridad con una brutal represión. Por eso prefiere que no haya mucha prensa por los alrededores. Y si para eso hace falta adelantar un festejo, pues que el tren salga con antelación.
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