Luis García Campos, pintor taurino
Ha sido el último gran autor de cuadros y carteles del género
Luis García Campos (Bilbao, 1928), seguramente el último gran pintor taurino en medio siglo, falleció ayer en su ciudad natal. Como buen aficionado a la lidia, esperó a que terminasen las Corridas Generales bilbaínas. Con su muerte desaparece el postrer gran autor romántico en la historia de un género que se comenzó a popularizar con Goya.
En sus obras incluía los innumerables paisajes de los campos andaluces y salmantinos, en los que el toro, el matador y las múltiples suertes de la lidia dejaban de ser los protagonistas principales de lienzos que se acabaron exhibiendo en los más alejados museos y en innúmeras colecciones particulares. Y, de manera más concreta, cada tercera semana de agosto exhibía su trabajo en la capital vizcaína, lo que hizo a lo largo de más de 50 años.
Durante sus décadas de carrera profesional se convirtió además en un consumado autor de carteles, un elemento fundamental para la promoción de las corridas hasta no hace muchos años, pegados en las paredes de las principales calles y de los cafés más concurridos. Esta especialidad pictórica ha dado grandes autores, desde Piccaso a Ruano Llopis, pasando por Casero, Martínez de León, Arrúe y, sobre todo, Roberto Domingo, que fue el gran referente del artista desaparecido. García Campos realizó los carteles anunciadores de las Corridas Generales de Bilbao durante tres décadas consecutivas, pero también de los sanfermines -dos veces- y de las ferias de numerosas plazas vascas y francesas, especialmente de Mont de Marsans, en varias ediciones.
Testigo directo de la historia del toreo de los últimos 70 años, incontables dibujos salidos de su mano ilustraron las reseñas taurinas de los dos principales diarios vizcaínos -La Gaceta del Norte, ya desaparecido, y El Correo-, de La Hoja del Lunes de Madrid y de Ya, junto a múltiples publicaciones especializadas en tauromaquia. Sin olvidar su aportacion a temas locales como la Ría del Nervión o el costumbrismo bilbaíno, en los que destaca su interpretación de las procesiones de Semana Santa. También ilustró con temas taurinos y paisajísticos multitud de motivos comerciales.
El pasado febrero recibió uno de los últimos reconocimientos, cuando recogió en el Senado el premio que la Asociación Taurina Parlamentaria le otorgó por su aportación a la fiesta.
Antonio Fernández Casado es autor de una biografía del diestro Cocherito y de Toreros de hierro.
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