Ecologistas culpa a Castilla-La Mancha de la muerte de un lince
La hembra quedó atrapada en una caja-trampa para zorros - Los conservacionistas piden prohibir estos métodos
Ecologistas en Acción acusó ayer a la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha de ser la "responsable de la muerte de un lince ocurrida la semana pasada en una caja-trampa para control de predadores". Esta asociación reclamó "una investigación en profundidad del caso a la fiscalía y que la Dirección General de Montes y Espacios Naturales depure responsabilidades y tome medidas inmediatas contra el uso de métodos de control de predadores".
Grazalema, una hembra de lince de 17 meses, fue encontrada muerta el 16 de agosto en una finca de Castellar de Santiago (Ciudad Real). El ejemplar había sido liberado por la Junta de Andalucía a finales del año pasado en la zona de Guarrizas (Jaén) dentro del programa de repoblación. El cadáver se encontró dentro de una caja-trampa de las que se emplean para atrapar a los zorros.
El nuevo Life prevé la reintroducción en Portugal y varias comunidades
Según señaló en su momento el Gobierno regional de Castilla-La Mancha, el propietario de la finca no tenía permisos para instalar este tipo de trampas, ya que la zona estaba clasificada como un área crítica para la supervivencia del lince. La Junta de Castilla-La Mancha abrió un expediente sancionador al dueño de la finca.
Pero la organización Ecologista en Acción la muerte de este ejemplar, el cuarto que fallece dentro del plan de repoblación del lince, "no es responsabilidad exclusiva del titular del coto de caza". Según los conservacionistas, desde hace tiempo en Ciudad Real "se viene autorizando el uso de métodos de control de predadores como cajas-trampa y lazos sin seguir las condiciones que exige la normativa". Ecologistas en Acción afirmó que a la finca donde fue encontrado el cadáver del lince "se le habrían concedido en años precedentes autorizaciones para instalar cajas-trampa, estando la solicitud para este año en tramitación".
El asunto de las cajas-trampa es uno de los retos a los que se enfrentan las Administraciones a la hora de intentar recuperar a esta especie en peligro crítico de extinción. En Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente ha emprendido un programa de concienciación y acuerdos con los propietarios de las fincas de las zonas que potencialmente puede recuperar el lince. Sin embargo, según Ecologistas en Acción, en la provincia de Ciudad Real es habitual el uso de este tipo de plantas.
El nuevo programa Life del lince -que tiene una financiación de 34 millones de euros- arranca en septiembre y contempla recuperar espacios que el lince ocupó hasta los años ochenta. Lo lidera Andalucía, pero participan Portugal, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, donde están previstas repoblaciones como las emprendidas en la comunidad.
El objetivo de este tercer Life es casi doblar el número de linces en libertad para llegar a los 450, con lo que se lograría que esta especie pasara de estar "en peligro crítico de extinción" a la clasificación de solo "en peligro".
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