_
_
_
_
MARIJAIA Y CÍA | Días de diversión
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El mendigo sincero

Frente a mi casa hay un banco que cada año, por estas fechas, se convierte en el lecho de algún indigente, de modo que verano tras verano los vecinos hemos visto ya toda clase de mendigos: altos, bajos, bordes, majos, jóvenes, viejos,... Creíamos conocer el catálogo entero, pero el de este año nos ha sorprendido. Y gratamente. Para empezar, el tío va limpio como una patena. No sé cómo lo hará, pero es así. Y, además, es muy simpático con todo el mundo sin pasarse ni ponerse pelma. "En las fiestas, como en la vida", le oí decir el otro día, hablando con orgullo de su banco, "hay que saber situarse. Si te ubicas mal, vas de cráneo. Pero, como sepas colocarte en el sitio justo, ¡la vida es gloria bendita!"

A este hombre, un filósofo que se refiere a sí mismo como "gestor de la caridad ajena", le divierten mucho nuestras bilbainadas, como ésa de montarnos una Semana Grande nada menos que con nueve días. También tiene sus teorías sobre la idiosincrasia bilbaína. En su opinión, los bilbaínos tenemos el bolsillo muy suelto con quienes nos provocan una sonrisa. Y, como él conoce su oficio y sabe dar al cliente lo que quiere, cada mañana coloca ante su banco un cartón grande en el que ha escrito "SOY SINCERO" y, junto a él, varios cartones más pequeños con peticiones concretas. Un cartón dice: "Para vino"; otro: "Para whisky"; otro: "Para kalimotxo"; y el último: "Para resacas".

Dependiendo del día y la hora, la gente va echando más moneditas en un cartón o en otro, y el negocio funciona. "Hay que evolucionar y analizar la sociedad", comenta él, "y el tiempo de dar pena se ha pasado. Hoy hay que divertir. Todo el mundo tiene problemas y el personal no quiere latazos. Además, si pides para comer, es posible que te traigan un bocata guarro. ¡Y uno ya no se lleva cualquier cosa a la boca, que hay que ser selectivo!"

Dicho lo cual, para ilustrar la frase, se inclinó sobre su zurrón, sacó una botella de Rioja cuya etiqueta decía "Reserva", y le pegó un buen lingotazo con cara de satisfacción. "Y ahora, que me quiten lo bailao", declaró. Y, qué quieren que les diga, yo creo que no le faltaba razón.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_