La costera del bonito se desploma un 60%

Representantes de las cofradías de arrantzales calificaron ayer como "nefasta" la actual campaña del bonito, cuyas capturas rondan hasta el momento los dos millones de kilos, un descenso cercano al 60% con respecto al año pasado por estas mismas fechas. Los responsables de las Federaciones de Cofradías de Gipuzkoa y Bizkaia, Leandro Azkue e Iñaki Zabaleta, respectivamente, mostraron su preocupación por la mala marcha de la actual costera, marcada por la escasez y el alejamiento de la especie, informa Efe.

Azkue precisó que hasta el pasado viernes en los puertos de Getaria, Hondarribia, Pasaia y San Sebastián se han descargado un total de 1.105 toneladas de bonito del norte, con un precio medio en lonja de 4,20 euros por kilo, frente a las 2.750 toneladas desembarcadas hasta la misma fecha en 2010, cuando se pagaban de media a 3,15 euros.

Estas cifras de capturas, acumuladas desde que empezó la costera a principios de junio, rozan el 40% de las registradas a estas alturas el año pasado, que terminó como una de las peores campañas de la última década.

Zabaleta apuntó que los datos de Bizkaia, con Bermeo y Ondarroa como principales puertos de descarga, resultan "muy similares" o "incluso peores", ya que no llegan a las mil toneladas y también rondan el 40% de lo desembarcado en 2010 por estas fechas. "Las descargas están siendo muy malas, malísimas, y la campaña está resultando un desastre", destacó.

Azkue usó los calificativos "pésima" y "nefasta" para definir la costera del bonito de este año que, aunque teóricamente prevista hasta mediados de octubre, podría darse por acabada a fines de este mes o principios de septiembre. De hecho, ya la han abandonado por falta de rentabilidad una quincena de pesqueros en Gipuzkoa de los 55 que se dedican a la captura de esta especie, y al menos otros cinco vizcaínos sobre un total que ronda los 40 barcos.

Azkue precisó que la mayoría de las capturas se están produciendo "muy lejos", entre las Azores y el sur de Irlanda, a unos cuatro días de singladura de la costa vasca, lo que supone un importante costo añadido, sobre todo en combustible, para los armadores y hace caer en picado la rentabilidad de esa pesquería. El responsable de la federación guipuzcoana enfatizó la preocupación del sector por que el bonito que antes entraba al Cantábrico no lo esté haciendo en los últimos años y haya desviado su ruta migratoria por razones desconocidas.