Vía libre a la boda de la duquesa

"Ante las últimas noticias aparecidas en los medios, comunico que mi enlace matrimonial con D. Alfonso Díez será a primeros del mes de octubre". Con un comunicado que arranca con esta frase, finalizan los rumores: se casa la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James, de 85 años, 20 grandezas de España y 46 títulos nobiliarios según ¡Hola! (Wikipedia solo le otorga 14 grandezas de España; ¿en cosas de nobleza es más fiable la biblia del papel couché?), una fortuna estimada entre 600 y 3.500 millones de euros y seis hijos que finalmente han cedido ante las pretensiones matrimoniales de su madre.

Por mucho que aquel rumor haya sido contado, comentado y deglutido (la carroña televisiva lo ha rumiado durante horas y horas de emisión), la noticia no deja de tener su enjundia. Primero, por la confirmación oficial en forma de comunicado firmado de puño y letra por Cayetana Alba. Segundo, porque igual que los kremlinólogos estudiaban con detenimiento la colocación de los altos cargos del Partido Comunista Soviético en el desfile del 1 de mayo en la plaza Roja, merece la pena detenerse en la poca información adelantada en el texto: serán padrinos su hijo mayor, Carlos, duque de Huéscar, y Carmen Tello, una de las grandes amigas de la duquesa y esposa de Curro Romero (dice el texto que será la madrina por petición del novio); "no asistirá ninguna amiga por falta de espacio y para que no se puedan sentir ofendidas, con la excepción del doctor Trujillo", que intervino a la duquesa, y, sobre todo, estarán sus hijos "con sus respectivas mujeres actuales, anteriores nueras y mi yerno Francisco". Eugenia Martínez de Irujo, la pequeña de los hijos de la duquesa, y Francisco Rivera hace ya mucho que rompieron su matrimonio -en marzo de 2002, y después obtuvieron su nulidad-, pero para su exsuegra sigue siendo alguien muy cercano. Y el torero estará en la ceremonia.

El padrino será su hijo Carlos, y la madrina, su amiga Carmen Tello

Para llegar a ese día de celebración y jolgorio, María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva ha donado parte de su patrimonio a sus hijos, que nunca han visto con buenos ojos la relación sentimental entre su madre y Alfonso Díez, que empezó a inicios de 2008. El pasado 4 de julio, la duquesa reunió a sus vástagos en el despacho del notario madrileño Luis Núñez y allí oficializó la cesión de su fortuna personal: la Fundación Casa de Alba pasará en bloque, tras su fallecimiento, a su primogénito, Carlos Fitz-James Stuart, que además recibe ya un inmenso latifundio en Córdoba. El resto (Alfonso Martínez de Irujo, Jacobo Fitz-James Stuart, Fernando Martínez de Irujo, Cayetano Martínez de Irujo y Eugenia Martínez de Irujo, hijos todos del primer matrimonio de la duquesa con Luis Martínez de Irujo, que falleció víctima de una leucemia en 1972, tras 25 años de casados) también se han convertido en propietarios de fincas rústicas, palacios, mansiones y cortijos. Todo quedó atado y bien atado. Y solo entonces la madre recibió el beneplácito familiar, incluso cuando antes Alfonso Díez ya había firmado su renuncia a cualquier bien de la casa de los Alba.

La tercera boda de la duquesa de Alba -la segunda le unió en 1978 a Jesús Aguirre, quien falleció en 2001- será, volviendo al comunicado, "en la más estricta intimidad" y "no habrá prensa, únicamente un fotógrafo que difundirá las fotografías a todos los medios". Alfonso Díez, funcionario palentino de 60 años, y la duquesa se conocieron hace casi cuatro décadas: el hermano de él, Pedro, era íntimo amigo de Jesús Aguirre. No han dicho dónde se realizará la boda -sí la ciudad, Sevilla, como se le escapó a la duquesa hace unos días-, pero todo apunta al palacio de Dueñas, donde reside habitualmente Cayetana Fitz-James. "Finalmente, con este comunicado, agradecería a la prensa que cesen las especulaciones falsas y respeten mi tranquilidad". Ahí queda.