Lo importante es participar
En el reciente partido de fútbol entre el FC Barcelona y el Real Madrid, contemplo asombrado y estupefacto cómo algunos deportistas llamados de élite -modelos para nuestra juventud, no lo olvidemos- se comportan dentro y fuera del rectángulo de juego como auténticos energúmenos.
¿Cómo podemos exigir respeto en la vida a nuestros jóvenes si sus ídolos se permiten impunemente agredir y todavía protestar, cuando no negar la agresión?
En toda la noche solo oí algo razonable, que se podría traducir del catalán más o menos así: "Un día pasará algo grave". Creo que ya está sucediendo: como aficionado al deporte y como defensor de sus valores para el crecimiento moral de los seres humanos, me temo que ciertos comportamientos están causando un daño irreparable a nuestra juventud. Alguien debería recordar aquella máxima de "lo importante es participar". Y alguien también debería tomar cartas en el asunto.
A este respecto, yo me pregunto: ¿por qué un partido como el citado no puede terminar jugando siete contra siete, por ejemplo, es decir, solo con los jugadores que no han mostrado ni un atisbo de violencia?
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