Obama exige al presidente sirio que abandone el poder
Alemania, Francia y Reino Unido se suman a la petición - La Casa Blanca endurece las sanciones contra el régimen
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, exigió ayer a Bachar el Asad que abandone el poder. Es la primera vez que Obama pide la dimisión de El Asad desde que comenzó la campaña de represión del Gobierno sirio contra los manifestantes prodemocráticos, hace cinco meses. La Casa Blanca endureció, además, sus sanciones contra el régimen, con la congelación de todas las cuentas que Damasco tiene en Estados Unidos o en territorios bajo jurisdicción estadounidense; y con la prohibición a los ciudadanos norteamericanos de efectuar negocios con empresas públicas sirias, algo que afecta a la compra de petróleo.
El anuncio de ayer de Barack Obama, antes de marcharse de vacaciones, culminó una semana de intensa acción diplomática en la que la Casa Blanca consultó en repetidas ocasiones con sus aliados europeos y árabes y pactó con ellos una petición coordinada para que El Asad renuncie. Junto a EE UU; el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy; la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron, emitieron un comunicado conjunto en el que pedían al presidente sirio "que se marche". Lo mismo exigió la Unión Europea a través de su alta representante Exterior, Catherine Ashton.
"El futuro de Siria lo deben decidir sus ciudadanos, pero el presidente Bachar el Asad bloquea el camino", dijo Obama en un comunicado. "Sus peticiones de diálogo y reformas suenan falsas mientras encarcela, tortura y masacra a su propia gente. Hemos pedido de forma consistente que el presidente El Asad lidere una transición a la democracia o se aparte del camino. No la ha liderado. Por el bien de la ciudadanía siria, es hora de que el presidente se aparte del poder".
Obama emitió, paralelamente, la orden por la cual bloquea cualquier activo del Gobierno de El Asad y sus funcionarios en EE UU, y prohíbe a ciudadanos y empresas norteamericanos hacer negocios con las empresas gubernamentales sirias. Esto incluye un embargo sobre la importación de crudo. Estados Unidos ha adquirido, desde 2009, entre 300.000 y 500.000 barriles de crudo sirio mensuales. Aunque se trata, desde la perspectiva norteamericana, de una cantidad modesta, ha sido una fuente sólida de financiación para Damasco.
Naciones Unidas, a través de su subdirector para los Derechos Humanos, Kyung-wha Kang, emitió ayer un informe de 22 páginas en el que acusaba al régimen de Damasco de graves crímenes contra la humanidad y pedía que se abrieran diligencias en la Corte Penal Internacional. "Esta misión encontró un patrón de violaciones de los derechos humanos", decía en el documento. Identificaba crímenes como ejecuciones sumarias y tortura de prisioneros, y nombraba a 353 víctimas. EE UU estimó hace dos semanas que el número de muertos civiles, desde el inicio de la campaña de represión, ascendía a 2.000.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo ayer en un discurso que es el pueblo sirio el que debe instaurar ahora la democracia, alejando la idea de que vaya a haber una intervención armada inmediata, como la de Libia. "Comprendemos el fuerte deseo de la ciudadanía siria de que ningún país extranjero intervenga en su lucha, y respetamos ese deseo", dijo. "Al mismo tiempo, haremos lo que sea posible para apoyarles en esas aspiraciones".
Fuentes de la Casa Blanca negaron posteriormente de forma explícita que esas exigencias a El Asad se vayan a traducir en una misión militar si este no abandona el poder. "Estamos convencidos de que Assad está ya en retirada. El presidente Obama ha exigido su marcha después de que lo hicieran nuestros aliados en Europa y en el mundo árabe. No será necesario forzarle porque se va a ir por sus propios medios, ante esta asfixia", dijeron esas fuentes.
Aunque El Asad en persona le dijo el miércoles al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que la campaña de represión había acabado, las tropas siguieron atacando a manifestantes durante la madrugada del jueves, según denunciaron diversos activistas. Dos personas murieron en una incursión en la ciudad de Homs, al oeste del país. "El secretario general insiste en que todas las operaciones militares y los arrestos masivos deben acabar de forma inmediata", dijo la ONU.
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