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Crítica:Días de diversión
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La modernidad de lo 'sin'

Es la ley de lo moderno. Hay que convencerse, lo que hoy se lleva es lo light. Los dulces sin azúcar, las comidas sin grasas, la leche desnatada... y en el arte del toreo, los toros sin raza, sin casta, sin presencia. La modernidad impone lo 'sin' y ayer se instaló en el coso de Illumbe. Quizás en muchos ámbitos de la vida esta tendencia a desnaturalizar las cosas tenga sentido, pero en la fiesta de los toros no cabe un espectáculo así.

Ocurrió el día menos esperado, porque la ganadería del torero Joselito, anunciada con los hierros de El Tajo y La Reina, fue la triunfadora del pasado año en San Sebastián y hace apenas quince días triunfó en Bayona en una tarde en la que su mayoral fue sacado en hombros. Por eso, se esperaba una tarde cargada de emoción, justo lo contrario a lo que ocurrió en el ruedo, donde el tedio fue el sello de toda la corrida.

EL TAJO Y LA REINA / FANDI, PERERA Y CASTELLA

Tres toros de El Tajo, 2º, 3º y 6º, y tres de La Reina, 1º, 4º y 5º, desiguales de presentación, descastados y sospechosos de pitones.

El Fandi: estocada atravesada y cuatro descabellos (silencio) y tres pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio). Sebastián Castella: estocada baja y trasera y estocada (ovación) y dos pinchazos, casi media y dos descabellos (saludos tras aviso). Miguel Ángel Perera: pinchazo y estocada caída (silencio tras aviso) y dos pinchazos y estocada desprendida (ovación tras aviso). Saludaron los banderilleros Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero, en el tercero, y Javier Ambel y Vicente Herrera en el quinto.

Plaza de Illumbe. 17 de agosto de 2011. Media entrada.

El Cid sustituye a Leandro, lesionado, en el cartel de esta tarde en Illumbe

Sabedores de que los astados de Joselito no son de gran tamaño, se acudió a la presunción de bravura para no protestar un gato que salió en segundo lugar. Pero falló lo que se pensaba que no iba a fallar y se acabó la fiesta, porque no puede haber festejo sin toros.

Los toreros tampoco tuvieron su día. Y eso que eran tres espadas de los que más tardes suman durante la temporada, pero también responden a la modernidad de la fiesta, esa tendencia al toreo acartonado, sin contar con el toro y a hacer lo que llevan pensado sea como fuere.

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No hace tantos años en la larga historia de la tauromaquia, decía el maestro Domingo Ortega que no toreaba contra un toro, sino con él. Por algo le apodaban el sabio de Borox. Una filosofía que no se podía obviar cuando las figuras se enfrentaban a toda clase de encastes y había que derrochar entendimiento en cada tarde.

Las estrellas -más que figuras- de hoy en día parece que no necesitan esa sentencia. Apuntados exclusivamente al toro descastado, carecen de recursos para entender cualquier alteración que se produzca. Ni para bien ni para mal. Hacen lo de todos los días y si vale...

Sebastián Castella es un claro ejemplo. En el quinto decidió hacer lo suyo, pero no se dio cuenta de que hay un toro enfrente. Le apretó desde el primer muletazo. Pase cambiado en los medios, mano baja en los primeros derechazos y luego, sorpresa porque el toro humillado y derrotado no quería tomar la muleta. En lugar de ayudar a una res muy justita, se la cargó en dos minutos, aunque después insistió en una faena tan larga como imposible y hasta llegó a escuchar un aviso. Un despropósito, que solamente tuvo luz en las buenas verónicas de recibo a este quinto.

Ante esta pelmada, el público abandonó la plaza como si de una urgencia se tratara. Según cayó el sexto toro, había carreras hacia las bocanas. Seis faenas light era demasiado. Y eso que Perera se la jugó en un arrimón en los medios en el sexto. Pero en los tendidos ya no calaba aquel gesto, porque los toros carecían de emoción y el de El Tajo estaba abochornado viendo cómo el de la Puebla del Prior se empeñaba en meterse entre los pitones en dos faenas que escucharon un aviso antes de entrar a matar. Ni así reaccionaron los aficionados, porque fue un gesto con vergüenza pero sin sentido.

Abrió cartel El Fandi, que se confundió de día, porque el concurso de recortadores será el sábado en Illumbe. Las mejores banderillas las pusieron Joselito Gutiérrez, Javier Ambel y Vicente Herrera que corrieron menos que el granadino, pero cuadraron en la cara y se asomaron al balcón como mandan los cánones en lugar de, como El Fandi, hacerlo siempre a toro pasado.

[Para la corrida de esta tarde, El Cid será el sustituto de Leandro, lesionado en un brazo, en el cartel que completan El Juli y Manzanares ante reses de Garcigrande].

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