Más calles quieren ser la más bella

Aguantar miles de visitantes paseándose enfrente de casa, coordinar el trabajo manual de decenas de personas y vigilar que nadie dañe las figuras que han tardado meses en planificar y elaborar. Estos son algunos de los sacrificios a los que se enfrentan los vecinos de Gràcia que deciden engalanar sus calles para la fiesta mayor. El fruto de su esfuerzo y renuncia se puede apreciar desde ayer en 19 tramos diferentes. Mañana se conocerá el nombre de las ganadoras.

Este año, tres calles más han decidido meterse en el berenjenal de participar en el concurso. También una, Bruniquer, ha decidido no concurrir este año. "La gente quería que la fiesta volviera a Camprodon. Por eso nos hemos tirado al río", explica emocionado Antoni Moya, el líder de la organización en esta calle, una de las novedades en el mapa del recorrido de los decorados.

"Si no decoramos, estos niños no sabrán qué es Gràcia", dice un organizador

Desde hace seis años no la engalanaban, aunque Camprodon ya había estado en el palmarés gracienco: logró tres primeros puestos consecutivos entre 1985 y 1987. Según Moya, el espíritu de la calle decayó cuando Alberto Torres, el alma de la fiesta de entonces, se mudó a Vilanova i Geltrú (Garraf). El regreso empezó a gestarse en 2009. "Cuesta mucho, requiere sacrificios. Mi pareja sabe que estas dos semanas no he estado por ella, antes de dormir me dice que deje de pensar en la fiesta, y eso que es ella la que lleva las cuentas", bromea. Un paseo por el recuerdo, el título del modesto decorado, enseña los momentos de gloria que ha vivido esta calle, como los abanicos que hacen las veces de portarretratos de las imágenes del decorado de Disneylandia, que les dio el primer premio en 1987.

Ciudad Real y Joan Blanques de Baix del Tot completan la lista de las calles que entran en la competición. Carla Carbonell, de 28 años, preside la comisión de esta última, cuyo tema es El libro de la selva. Ella no solo coordina. De sus manos salió la serpiente Kaa, con la que los niños se pueden hacer fotos. El proceso para entrar en la lista de calles decoradas comienza con la recogida de firmas y asambleas informativas con los vecinos. En este tramo de Joan Blanques recogieron 106, cuenta Carbonell. Antes de recibir la subvención de la Fundación Fiesta Mayor de Gràcia han tenido que pagar de su bolsillo los materiales. "El secreto está en que combinamos la creatividad de los jóvenes y los deseos de trabajo de los mayores", apunta. Moya tiene muy claro que el sacrificio tiene su recompensa: "Mire a estos niños tan felices, si no decoramos no sabrán qué es Gràcia".