El tejedor de sueños

Jesús tejía sueños para las mujeres. Y tenía mucho genio. En todos los sentidos. Era un hombre de carácter fuerte y temperamento creativo desmesurado. Toda una inspiración y un líder en esta profesión tan complicada como es la moda. Él creó un maravilloso mundo propio bajo su nombre desde el esfuerzo y el tesón. Siempre abriendo camino. Además, fue uno de los grandes impulsores de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), abanderando a todo un sector relativamente joven en nuestro país que ha tenido que luchar firmemente para mirar de frente a otras disciplinas culturales. ¡Jesús, por tu culpa muchos empezaron a hacernos caso!

A mí me llamaba "niño". Incluso la última vez que le vi, en la última edición de Cibeles, impartiendo ejemplo, desde su silla de ruedas, siempre supervisando personalmente hasta el último detalle su desfile. Juan Gatti, uno de sus grandes amigos, le empujaba la silla. Y bromeaba conmigo diciendo que estaba haciendo de enfermera. Yo admiraba y quería a Jesús. Primero en la distancia, cuando estudiaba moda, y luego, cuando tuve la suerte de que me considerara un compañero cercano. Hace unos años, nos ofrecieron posar juntos para este periódico y él insistía mucho en que se le hacía raro sentirse de otra generación. Y a mí también, porque, como él decía, siempre estaba en su momento. Bastaba acudir a su nuevo estudio en Madrid para comprobarlo. Fui un día a pedirle consejo para un proyecto y él me enseñó su espacio detalladamente con la ilusión con la que se enseña el primero. Y haciendo gala de su generosidad me regaló mil consejos más que conservo como oro en paño. Porque era mucho más que un diseñador, era un creador integral, un arquitecto que se enamoró de la moda y redefinió ese universo que ha seducido de una generación a otra. Gracias, Jesús, por seguir alimentando nuestros sueños.

Juan Duyos es diseñador.