La crisis del naval deja a la banca sin multimillonarias desgravaciones

Los astilleros no son los únicos que van a sufrir las consecuencias de que Bruselas ponga en la picota el sistema de financiación de los barcos. Hay otros actores económicos que se han beneficiado del llamado Tax Lease, un mecanismo legal que lleva años ofreciendo ventajas fiscales a bancos, cajas y grandes empresas interesadas en el sector naval.

Golosas deducciones en el Impuesto de Sociedades llevaron a Caixanova (ahora Novacaixagalicia) a crear decenas de navieras en la última década. Ahora está presente, junto a otras cajas de ahorros y la sociedad Lico Leasing, en 15 Agrupaciones de Interés Económico (AIE) domiciliadas en Tenerife con nombres tan evocadores como Naviera Eido do Mar, Naviera Cabo Estay, Langosteira, Melide o Monte Alba.

La caja encuadra las operaciones en su "vocación de apoyo al naval"

La filial de NCG, el Banco Gallego, fue pionero junto a la caja de Vigo en apoyar la construcción de barcos en Galicia a través de estas sociedades. Ahora participa en el accionariado de tres, codo con codo con su empresa matriz. El Banco Pastor ha seguido la estela. Tiene acciones en diez (Islas Cíes, San Timoteo, Corcubión...) reservándose en la mayoría de ellas el 100% del capital.

Desde 2004, solo estas tres entidades financieras han logrado deducciones en el impuesto de sociedades que rondan los 32 millones de euros. La construcción de gaseros y remolcadores, y también de buques de pequeño y mediano tonelaje que contrataban Barreras o Vulcano, entre otros, era el destino final de sus inversiones. El patrimonio conjunto de todas estas AIE ronda los cien millones de euros.

El papel de Caixa Galicia antes de la fusión no fue tan activo con el de su hermana del sur, pero ambas compartieron como socias los proyectos de Naviera Calliope y Naviera Ciboulette. La entidad con sede en A Coruña también creó las AIE Naviera Koanga y Burana. A través del fondo Invercaixa, de su antigua corporación financiera, adquirió en 2007 el 10% de Factoría Naval de Marín para orientar su actividad hacia los yates de lujo. Hoy el astillero se encuentra en suspensión de pagos con deudas de 57 millones de euros.

Durante la última década, la banca actuó como estructuradora del complejo sistema de financiación del Tax Lease. "Este proceso combina dos regímenes fiscales distintos", explican desde el Banco Pastor. Funciona más o menos así: basándose en una directriz comunitaria (en la mayoría de los países de la UE existen regulaciones equivalentes), los armadores venden los buques en construcción a una compañía de leasing (alquiler con opción a compra) que a su vez tiene un contrato con una Agrupación de Interés Económico. Aquí entran las sociedades fundadas por bancos y cajas, que arriendan el buque al armador a través de un contrato llamado "a casco desnudo", y sin tripulación. La compañía de alquiler financia la adquisición del buque al armador y éste le paga por cuotas. El quid de la cuestión es que la legislación permite amortizar aceleradamente el barco, en 3,5 años. Dicha amortización da lugar a bases imponibles negativas en el Impuesto de Sociedades que se trasladan a los socios de la AIE. Los beneficios fiscales que se derivan de esa operación se suelen distribuir a lo largo de la vigencia de la sociedad.

Todavía queda un paso más. La AIE, como cualquier otra entidad naviera, puede acogerse a un régimen de tonelaje, tonne tax, muy favorable y que reduce el impacto fiscal de la plusvalía de la venta. Por lo tanto y una vez amortizado el buque, el pago de impuestos que genera la opción de compra por parte del armador se ve eliminado. El cliente del astillero también encuentra este esquema enormemente ventajoso, porque se beneficia de precios muy bajos en el arrendamiento y la opción de compra.

Fuentes del sector calculan que la rentabilidad de estas operaciones ronda el 15% para los financiadores. Caixanova se ahorró entre 2004 y 2005 18 millones, una cifra que fue menguando en ejercicios posteriores hasta los 171.000 euros de 2010. El Pastor consiguió con sus AIE rebajar la factura de Sociedades en 1,6 millones ese año.

Novacaixagalicia, que encuadra las operaciones no solo desde el punto de vista económico, sino como "un segmento en que siempre ha estado presentes por su vocación de apoyo al sector", cree que el Tax Lease "ha permitido a empresas europeas competir con constructores de otros países".

Lo mismo opinan los astilleros, los sindicatos, la patronal de la industria auxiliar y el Gobierno gallego, que han sacado la bandera en defensa del naval para lograr un régimen transitorio. Lo que para Holanda (el país que ha denunciado el sistema ante la Comisión) es una ayuda encubierta del Gobierno Español, para el Ministerio de Economía es un instrumento legal y perfectamente válido.