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Reportaje:ARTE

Un artista entre la tierra y el cielo

Jan Fabre (Amberes, 1958) ha decidido provocar el ambiente políticamente correcto y a veces incluso aburrido de la 54ª Bienal de Venecia con su macabra y autobiográfica (o quizás egocéntrica) reinterpretación de la Piedad de Miguel Ángel. "Utilicé el mismo purísimo mármol de Carrara", indica Fabre, que ha prestado al Cristo yacente su rostro y ha sustituido el de la Virgen con una calavera. "Las calaveras son vanitas, simbolizan la celebración de la metamorfosis, el cambio, la evolución. La muerte forma parte del ciclo de la vida", indica el artista. Su fascinación por el más allá le viene desde lejos. Era poco más que adolescente cuando coqueteó con el lado oscuro. "Estuve dos veces en coma y si salí, no del coma, sino del atolladero en que me estaba metiendo, fue gracias al arte: cambió mi vida", asegura tajante.

Pietàs es la tercera presencia consecutiva de Fabre en la Bienal de Venecia. En 2007 presentó una antológica encabezada por la exuberante eyaculación de Fountain of the world (as a young artist), donde el artista reivindica su poder creador rodeado de lápidas. En 2009 sorprendió con la instalación-denuncia del colonialismo belga en Congo, realizada con millones de élitros de diversas especies de escarabajos. Ambas piezas se exhiben ahora en la antológica que le dedica el Museo Kröller-Müller de Otterlo, una localidad a menos de una hora de Ámsterdam. Aunque de lejos parece que un hombre, subido al techo del sobrio edificio de Henry van de Velde, esté midiendo con una regla las nubes algodonosas en el azul impresionista del cielo holandés, se trata de la escultura que abre el recorrido de la exposición de Fabre, Hortus-Corpus. Más que una escultura, The man who measure the clouds es una declaración de intenciones, el símbolo de la voluntad del artista flamenco de equilibrar posible e imposible, combinando hiperrealismo y surrealismo en obras que unen los universos vivos y aquellos inanimados.

Esto es lo que hace Fabre: crear a través de dibujos, esculturas, películas e instalaciones un universo paralelo, poblado de insectos relucientes, cerebros pulsantes y sus múltiples alter ego. Asombra la capacidad de Fabre para doblegar a su voluntad elementos tan rígidos como los clavos o las chinchetas para que vayan moldeando el pliegue de un pantalón o la postura entre natural y forzada del pie del Colgado (The hanged), una de sus piezas más célebres. "Estudié el cuerpo humano en la academia durante mis años de formación, pero aprendí sus secretos luego, a través de la danza y la performance", indica. Desde los dibujos con sangre, lágrimas, orina y esperma de finales de los años setenta hasta sus esculturas más recientes, realizadas ensamblando delgadas secciones de hueso humano, Fabre quiere involucrar el espectador en su exploración del cuerpo en todas sus componentes. "Todo empieza con el dibujo, además el uso de sangre y otros humores para pintar forma parte de la tradición flamenca", asegura el artista. Sin embargo, su nombre es sinónimo de grandes esculturas e instalaciones, en especial aquellas que realiza aprovechando la textura y los asombrosos colores de las alas de los escarabajos, que en sus manos pierden la componente orgánica para convertirse en un material más. Fabre cuenta que los élitros se lo proporcionan los restaurantes del sureste asiático, donde los escarabajos se sirven como aperitivo. ¿Cuántos se necesitan para una instalación como la que le encargó Paola de Bélgica para el palacio real? Millones. Aquella obra, que contiene una clara crítica social y política y evoca las páginas más lamentables de la historia colonial belga, le valió el estigma de traidor a la tierra, todo un logro para un artista que solo habla flamenco. "No existe un nacionalismo positivo", asegura. Sin embargo, la política no le interesa tanto como la búsqueda de la armonía entre el ser humano y la naturaleza, la estética y la ética: "Aquella es la verdadera belleza".

Pietàs. Scuola Grande di santa Maria della Misericordia. Cannareggio. Venecia (Italia). www.janfabre.be. Hasta el 16 de octubre. Hortus / Corpus. Museo Kröller-Müller. Otterlo (Holanda) www.kmm.nl. Hasta el 4 de septiembre.

<i>Merciful dream (Pietà V),</i> escultura en mármol de Jan Fabre presentada en la 54ª Bienal de Venecia.
Merciful dream (Pietà V), escultura en mármol de Jan Fabre presentada en la 54ª Bienal de Venecia.ANGELOS

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