Movedizas

Millás inventó el juego del adjetivo obvio. Sugerías un sustantivo y el otro tenía que decir el calificativo más evidente. Siempre que escucho hablar al dirigente del PP Javier Arenas recuerdo el adjetivo obvio que asociábamos a la palabra arenas. ¿Arenas? Movedizas. También asocio a Arenas a una intervención suya después de unas elecciones: las perdieron los suyos por poco y él salió, más pálido que ahora, a decir que eran ilegítimas. Su partido le hizo envainar el adjetivo y él se retiró de esas arenas movedizas.

Ahora ha incurrido otra vez en tales arenas Javier Arenas. Lo que dijo de Rubalcaba y el terrorismo sube mucho el decibelio de la barbaridad; él ha explicado que el 90% de su partido piensa como él. No dijo qué piensa de estas bravatas veraniegas el 10% restante. He observado que luego esa barbaridad movediza ha servido de abrevadero de algunas tertulias del dial. En una de las TDT que está de guardia, el Canal 13, un tertuliano intuitivo decía que, conociendo a Rubalcaba, no le extrañaba nada que estuviera en lo cierto Arenas sobre la tibieza antiterrorista del candidato socialista.

Me despertaba yo de esas riñas que la conciencia tiene con el periodismo de disparo fácil y me encontré en EL PAÍS con una carta de Ana Tomás y Valiente, cuyo apellido pone de pie la dignidad de la historia de la democracia. Ella cuenta que fue Rubalcaba quien le llamó, llorando, para informarle de que su padre había sido asesinado por ETA. Es evidente que Rubalcaba ha trabajado con denuedo a favor de la paz, contra ETA y contra el terrorismo. Arenas lo sabe; lo que pasa es que es verano, y busca materia para que los que andan en iguales arenas siembren sus titulares de sospecha. Debería haber en las televisiones un filtro de opiniones bronceadas, pues cada verano hay portavoces que inventan una barbaridad distinta para que la serpiente (venenosa) de los titulares tenga alimento hasta la siguiente ocurrencia. Pero en esta ocasión, como dice la hija de Tomás y Valiente, Arenas debería haber escuchado más a la dignidad de su conciencia. O al 10% del PP.