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Reportaje:

Popularizar lo clásico

La Quincena Musical arranca con varios espectáculos en la calle para dar a conocer su oferta - Vendidas el 85% de las entradas del Kursaal

Los niños miraban hipnotizados a los grupos de bailarines que ayer se sucedieron en un escenario improvisado en el foyer del Kursaal. Algunos, incluso, intentaron tras la representación imitar en una suerte de giros y piruetas lo que acababan de ver. La Quincena Musical arrancó ayer motores y llenó San Sebastián de actos gratuitos y callejeros para acercar al público la esencia de una de las citas claves del verano cultural en toda España.

Marionetas, conciertos, actuaciones infantiles... así hasta 13 eventos para inaugurar un mes en que la música clásica llenará toda la ciudad, así como otros municipios con más de 70 actos programados.

"Siempre me ha parecido sano que la música salga de los auditorios y de las iglesias", explica Patrick Alfaya, director de la Quincena. En esta ocasión, el festival ha decidido apostar de forma significativa por la calle. Si hasta la fecha había realizado en la calle una o dos actuaciones, este año han decidido que sean ocho, aclara Alfaya. "No podemos olvidar que en esta ciudad llueve y no siempre puedes sacar muchas actividades a la calle", recuerda.

"La música debe salir de los auditorios", indica el director, Patrick Alfaya
El festival obtiene el 40% de su financiación a través de la taquilla

Consciente de que la oferta que propone no es, ni mucho menos, de masas, insiste en la necesidad de brindar a todos los donostiarras una oportunidad para conocer el festival. Luego, quién sabe, tal vez se enganchen. "La Quincena es un festival de todos los ciudadanos y queremos que todos tengan su día y puedan disfrutarlo. Habrá mucha gente que igual no ha escuchado música en un auditorio y descubra que es algo que le interesa", añade.

Por lo visto en el Kursaal, parece que Alfaya consiguió ayer uno de sus objetivos: inculcar, aunque fuese por unos minutos, el gusanillo de los géneros clásicos en niños que ni respiraron mientras observaban las breves actuaciones, en adolescentes que sonreían con los espectáculos y en bebés a los que no se oyó ni un llanto.

Aunque la Quincena no se cierre a nuevos públicos, su director aclara que la esencia resulta intocable y que la especialización supone el ADN de los festivales musicales. "Una vez, alguien me propuso incluir otros estilos, y le contesté que de ninguna manera", puntualiza Alfaya.

Y, cifras en mano, recalca que la Quincena es el único festival de España que obtiene el 40% de su financiación a través de la taquilla. "Bueno quizás alguno de pop, como el FIB [el Festival Internacional de Benicàssim]", reconoce, pero "la diferencia es clara. Mientras ellos pueden meter a miles de personas en un único recinto, nosotros solo podemos programar en sitios cerrados en función del tipo de instrumentos que se toquen, la amplificación, etcétera. De momento ya han conseguido vender el 85% de la taquilla del Kursaal, el escenario principal de los conciertos.

J. HERNÁNDEZ

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