"Hay que llevar el problema del sexo al Parlamento"

El cómico Dani Mateo (Barcelona, 1979), actuó ayer sin paraguas en las fiestas de La Blanca ante varios cientos de personas muchas de las cuales sí lo llevaban. Pese a la lluvia, no querían perderse su monólogo en los Jardines del Obispo Fernández de Piérola. Minutos antes, cometió la imprudencia de dejarse entrevistar.

Pregunta. Ha comido usted en Burgos antes de llegar a un paraíso culinario como Euskadi.

Respuesta. La prensa del corazón está haciendo mucho daño en este país. Os enteráis de todo. Pido perdón a todos los cocineros vascos que es lo más bonito que tenemos, pero es que en Burgos también se come bien.

P. ¿Cuál es su primera impresión de las fiestas de Vitoria?

R. Hombre, de momento está lloviendo. Nuestros lectores no lo saben, pero estamos escondidos en una jaima. Las fiestas, en Vitoria y en todos lados, me dan esperanza en el género humano. Tengo una teoría, que no sé si compartirán, de que el mundo está dividido entre hijos de puta y buena gente. Siempre ha sido así, y no me había dado cuenta, pero ahora es como muy claro. Y ellos son muy pocos, pero hacen lo posible por amargarnos a la buena gente. Y ver a la gente bailando con la que está cayendo me llena de esperanza, porque al final, estos lo arreglarán todo cuando quieran, pero no les habremos dado el placer de vernos jodidos.

"En los lugares con mayor tensión nacen los mejores chistes"

P. ¿Para dedicarse a lo suyo uno tiene que tener una vida desequilibrada?

R. Yo creo que hay tiempo para todo. Tengo una vida normal, tengo pareja a la que intento querer todo lo que puedo, amigos a los que tratar bien, pero cuando me pongo en modo comedia, intento no pensar mucho si voy a ofender a este u aquel, porque si no, la gente para qué vendría a verme. Como dijo José Mota, la gente viene a reírse de sus propias ruindades cuando se las cuenta alguien. Eso es lo que tenemos que hacer.

P. ¿Qué opina del humor vasco como cantera?

R. Muy cachondo y sincero. Son capaces de reírse de sí mismos como pocos, y en un sitio con tantos problemas... En los lugares con mayor tensión nacen los mejores chistes.

P. ¿Ha llegado a sus oídos el tópico del problema con el sexo en el País Vasco?

R. Sí, es muy curioso. Vascos y vascas quieren follar, pero creen que el problema es el otro. Yo creo que esto deberían de llevarlo al Parlamento vasco, sentarnos todos y decir: "A ver, si todos queremos zumbar ¿qué está pasando?" Y solucionado.