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El tramo más saturado del río Miño tendrá seis centrales eléctricas

El Gobierno somete a impacto ambiental dos nuevas solicitudes de Gas Natural - La hidroeléctrica soltará más agua al Miño pero aumentará la turbinación - Fenosa proyecta más centrales junto a las iniciadas en Belesar y Os Peares

El tramo más sensible del Miño se cubre de centrales. Entre Belesar y Os Peares, el río (prácticamente seco a lo largo de casi un kilómetro desde mediados del siglo XX, cuando se construyeron las primeras hidroeléctricas de Gas Natural Unión Fenosa) soportará en breve seis pantanos. La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ha sometido hace unos días a información pública el proyecto y estudio de impacto ambiental para modificar las características de la concesión y autorizar a la misma empresa el aprovechamiento hidroeléctrico del Miño en los tramos de Chantada, O Saviñao, Carballedo y Pantón, en la provincia de Lugo.

"No se trata de dos nuevas presas o muros, sino de dos nuevas centrales con sus correspondientes turbinas", alerta el presidente de Ríos con Vida y catedrático de Derecho Administrativo, Pedro Brufao, quien sostiene que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil debería haber cancelado la concesión a la hidroeléctrica por el "flagrante incumplimiento de los términos del contrato", destaca que Gas Natural Fenosa ha mantenido el río seco en tramos durante más de medio siglo "incumpliendo la Ley de Pesca que le obligaba a soltar agua para garantizar el sustento de los pescadores de la comarca".

Los ecologistas piden que se retire el "monopolio" a la compañía

Lejos de ello, el anuncio de construcción de las nuevas hidroeléctricas (publicado en el BOE del pasado jueves) se produce cuando se están iniciando las obras de las de Belesar II y Os Peares II. En este caso, sin haber sido sometidas a evaluación de impacto ambiental. El Ministerio prescindió de este requisito en 2007 por considerar que el deterioro del río en este tramo era de tal calibre que la intervención de la empresa solo podría mejorarlo. "El impacto no será significativo por afectar a un medio profundamente alterado por la construcción de sendas presas", consta en el informe de Medio Ambiente de la Xunta que justifica la ausencia del trámite administrativo.

Los grupos ecologistas han denunciado -e incluso informado a la fiscalía para que estudie si Gas Natural incurre en un delito medioambiental- el secado del río. La Confederación Hidrográfica sostiene que las segundas centrales de Belesar y Os Peares, ahora en construcción, supondrán que la hidroeléctrica soltará 20 metros cúbicos por segundo, que, según el organismo de cuenca, son suficientes para garantizar el caudal ecológico que favorezca la regeneración del río en los tramos más desérticos.

Gas Natural queda obligada a soltar más agua pero, a cambio, construye nuevas centrales que le permiten turbinar más. "Un simple criterio economicista", sostiene el presidente de Ríos con Vida, que puntualiza: "La empresa nunca pierde y el regulador -el Ministerio- actúa como si fuera preso de ella", argumenta Brufao.

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Pese al incremento constante de centrales en el tramo más dañado del río Miño, en la web de la Confederación Hidrográfica no figuran nuevos datos sobre Información pública desde 2009. Los ecologistas se preguntan para qué quiere el Gobierno tanta participación pública en el proceso de planificación hidrológica, "si a la vez se modifican de manera muy importante las concesiones en unas zonas que deberían recuperarse". La empresa concesionaria sostiene, sin embargo, que no se puede decir que el río esté seco ya que el tramo afectado "tiene aportación natural de un arroyo que lo mantiene con agua continuamente". Gas Natural Fenosa precisa, además, que con las nuevas centrales que construye en esta zona no duplicará su producción energética, en contra de lo que informó este periódico la semana pasada basándose en datos aportados por grupos ecologistas, "sino que la aumentará solo en un 10%".

La tercera central de Belesar que el Ministerio de Medio Ambiente somete ahora a la evaluación de impacto ambiental permitirá a la hidroeléctrica "turbinar más agua y compensar por tanto la que está obligada a soltar". Belesar III se proyecta como "reversible con un caudal de turbinación de 178,4 metros cúbicos por segundo y un caudal de equipamiento de bombeo de 134,4 metros cúbicos por segundo". La de Os Peares figura como una tercera central a pie de presa que potenciará la capacidad de turbinación del salto, con un caudal de equipamiento de 190 metros cúbicos por segundo. En el informe publicado en el BOE consta que la captación se realizará en la margen derecha del río Miño, a unos 200 metros del estribo derecho de la presa original. La central hidroeléctrica de Belesar III se construirá subterránea en la margen derecha del río Miño, con una caverna principal y dos secundarias.

La "propiedad privada" de los ríos

"El Miño, desde Belesar hasta Frieira, es una propiedad privada de Gas Natural Fenosa". Lo argumenta el presidente de Ríos con Vida, Pedro Brufao, a la vista de la multitud de centrales de esta hidroeléctrica que fracturan el río en una secuencia de embalses. Pero no solo por eso, sino porque la concesión del franquismo (es de los años cincuenta) no caducará hasta al menos 2060. Estas concesiones se adjudicaron por más de un siglo.

Esta norma del franquismo resulta, al menos hasta ahora, inamovible. No solo no se cuestiona, sino que el "Gas Natural Fenosa sigue aumentando este monopolio que tiene sobre el río Miño", explica Brufao la situación. La construcción de la primera central de Belesar, a mediados del siglo pasado, supuso la anegación de centenares de pueblos y viñedos a lo largo de 2.000 hectáreas. El Miño quedó tocado desde los primeros años, sostienen los ecologistas, que ya clamaron hace unos meses contra la construcción de las segundas centrales de Belesar y Os Peares alertando de que la instalación de las turbinas complementarias para aumentar la producción de energía obliga obliga a dejar el cauce casi seco hasta que finalicen las obras, en 2013.

El presidente de Ríos con Vida cree que lo que las administraciones públicas no acometen -el fin del monopolio hidráulico en manos de unas cuantas empresas- podrá regularse desde una vertiente jurídica. Brufao opina que la construcción de las nuevas centrales que secan el río tiene la misma base jurídica que la denuncia de la Fiscalía gallega contra Endesa por el tramo seco de tres kilómetros y medio en el río Eume.

Los ecologistas hablan ya de "expolio de los recursos fluviales" por parte de las empresas con concesiones del franquismo que "producen un exceso de energía eléctrica a costa de una captación abusiva del agua". En opinión del presidente de Ríos con Vida, esta podría ser la fórmula para acabar con la "propiedad del agua".

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