Y a su derecha... el epicentro del seísmo financiero
Un exbanquero organiza visitas a los escenarios de la crisis en Nueva York
Si a estas alturas aún no se ha enterado de por qué en 2008 las Bolsas del planeta cayeron en picado y comenzó oficialmente la crisis más grave de los últimos 60 años, siempre le queda la opción de apuntarse a un tour donde le mostrarán dónde operaban algunos de los protagonistas del crash financiero.
Uno de ellos, Andrew Luan, exvicepresidente de Deutsche Bank, se encarga desde 2009 de explicar a los curiosos una de las caras más feas de Nueva York. Ciudad que cuando brilla fascina al resto del mundo con sus contradictorios excesos, pero que cuando cae en "el lado oscuro de la fuerza", como dirían en La guerra de las galaxias, es responsable de arrastrar al planeta en su desplome, como ocurrió hace tres años.
"Este nuevo trabajo es mucho mejor para mi espíritu", asegura el guía
Luan lo aprendió todo vendiendo paquetes de deuda hipotecaria primero, y apostando contra esa misma deuda después, desde Wall Street. Contribuyó así a que el juego financiero mundial se tambaleara -su historia se recoge en varios libros sobre la crisis-, aunque opina que lo que hizo con otros operadores de Bolsa fue lo correcto. "El problema es que durante la pasada década se inventaron instrumentos financieros nuevos que ni siquiera los reguladores entendían, así que nadie supo ver el peligro. Simplemente los usamos para ganar dinero, el objetivo de los operadores de Bolsa", explica Luan, de 39 años, en el lujoso edificio en el que reside, en el corazón de Wall Street.
Desde ahí maneja los hilos de The Wall Street Experience, una empresa creada como consecuencia directa de la crisis y que ofrece tours cada vez más populares centrados en los diferentes aspectos de la hecatombe financiera. "Cuando estalló la burbuja hipotecaria comencé a pasear a mi familia y amigos por Wall Street para explicarles cómo se había producido la crisis y qué instituciones estaban implicadas. Me di cuenta de que generaba mucho interés y lo transformé en una forma de vida". Luan dejó su trabajo y buscó a otros ejecutivos dispuestos a unirse a su aventura. Encontró a Tom, un tipo alto y fornido que cambió Goldman Sachs por estos paseos, en los que además despliega sus dotes de actor. "Es un trabajo mucho mejor para mi espíritu", comenta. Con él y un pequeño grupo de empleados, Luan creó toda una red de visitas por el barrio más antiguo de la ciudad con títulos como El tour de la crisis financiera, Economía y negocios de NY, Wall Street desde dentro y el más ligero, El cine y Wall Street. Con precios que varían entre los 20 y los 100 dólares (entre 14 y 70 euros), en los tours se habla de agencias de calificación, de bancos de inversión, del rescate económico, de brokers, de la función del secretario del Tesoro y de crisis anteriores a 2008. Se ameniza con anécdotas personales y se enuncian nombres que sonaron constantemente cuando la crisis explotó como Lehman Brothers, AIG o Goldman Sachs. "No son para cualquiera", reconoce Luan, que se declara feliz porque sus clientes suelen ser bastante interesantes: intelectuales, estudiantes, profesores, "gente con inquietudes" e incluso grupos de empresarios. Un público muy alejado del de otros célebres paseos como el de la serie Sexo en Nueva York.
Tras pasar por uno de los tours de The Wall Street Experience, la gente consigue un billete de un millón de dólares. El regalo que Luan consideró apropiado para quienes tratan de entender cómo latía el corazón financiero de Nueva York. En un lado, la Estatua de la Libertad; en el otro, una advertencia: "La historia se repetirá".
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