Feijoó recorta 130 millones de las cuentas de la Xunta

Diez meses después de incluir en los Presupuestos de la Xunta los 243 millones de euros correspondientes al fondo de cooperación que el Gobierno central ya anunció entonces que no iba a transferir a ninguna comunidad hasta 2013, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, anunció ayer su previsible marcha atrás. Lo hizo recitando el enésimo rosario de reproches al Gobierno de Zapatero, al que además amenaza con denunciar ante el Tribunal Constitucional por incumplir el modelo de financiación.

El ajuste a las cuentas pasa por recortar 130 millones de euros y por emitir deuda por valor de 114 millones en virtud de un compromiso adquirido por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, hace meses para que las autonomías puedan endeudarse por el importe que les debe el Gobierno central. Este último tijeretazo implica que el Gobierno gallego habrá de apañárselas este año con 9.678 millones, 1.307 menos que en el ejercicio anterior.

Con tono solemne y después de acusar a Zapatero de engañar a los ciudadanos gallegos, Feijóo proclamó que "Galicia cumplirá y no será un problema para la nación española". Que es tanto como decir que no incurrirá en más déficit -los 114 millones no computan- ni guardará facturas en el cajón. Fiel al mantra que defiende durante estos meses, pidió al Gobierno central que tome decisiones, "porque no reducir el gasto es el peor de los mensajes que se puede enviar a los inversores".

Dudas sobre el 20-N

No obstante, a diferencia de lo que ayer mismo defendieron otros dirigentes de su partido como el viceportavoz de comunicación, Esteban González Pons, dudó de que sea conveniente un adelanto electoral sobre el ya previsto e ironizó con ello: "No sé si será mucho adelantar".

El ajuste del Ejecutivo autonómico pretende "blindar la política social" de manera que las partidas de Sanidad y Educación se resientan como máximo medio punto porcentual, muy por debajo de la caída del 1,33% que experimentan las cuentas tras este último recorte que deberá estar listo el 1 de septiembre. La peor parte se la llevará el departamento de infraestructuras, por más que su titular, Agustín Hernández, repite llamamientos en las últimas semanas para revisar todos los capítulos del Presupuesto y primar la inversión.