Alternativas a la reducción: mejorar las carreteras
Mientras que las asociaciones de víctimas expresaron ayer en bloque su apoyo a la reducción de la velocidad a 90 kilómetros por hora en las carreteras de un carril por sentido, los clubes de automovilistas criticaron que los problemas de tráfico se aborden siempre con limitaciones. "Estamos cansados de que siempre recaiga sobre el conductor la responsabilidad de reducir los accidentes de tráfico", se quejaron ayer.
Según el Real Automóvil Club de España (RACE), las carreteras secundarias presentan características particulares que influyen en los accidentes. "Tienen un mal mantenimiento, carecen de sistemas de protección suficientes y las señales, en muchas ocasiones, no están a la vista y necesitan ser modificadas y auditadas", asegura Antonio Lucas, coordinador de seguridad vial del RACE. Su consejo, invertir en "iluminación, en mantenimiento y en radares".
Para el RACE, es necesario incluir el concepto de "velocidad variable". Por ejemplo, si la velocidad máxima en una carretera es de 100 kilómetros por hora, la lluvia puede ser un factor que obligue a reducirla. Otro ejemplo es el de "las vías con canteras, donde la siniestralidad está asociada a la circulación de vehículos pesados", explica Antonio Lucas.
La solución, según el experto en seguridad vial, es "intervenir" las carreteras secundarias. "La prueba la tenemos con la que llamaban carretera de la muerte en Madrid; intervino la Comunidad y se redujeron los siniestros", apunta.
El Comisariado Europeo del Automóvil insiste en la importancia de la vigilancia. Según el director general de la Fundación, Eugenio Dobrynine, "es bueno armonizar la velocidad con Europa pero además hay que aumentar los controles".
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