El marisco contaminado se desintoxicará en pocos días

No es, insiste la conselleira de Mar, una medida de ahorro, sino un intento de lograr "una explotación racional". Rosa Quintana se reconoce preocupada por el rechazo con el que las cofradías de Ferrol-Barallobre y A Coruña han recibido su plan de trasladar al Portiño de Morás, en Xove (Lugo), el molusco procedente de las aguas clasificadas como zonas C, aquellas que tienen más de 230 bacterias coliformes por cada 10 mililitros. La puesta en marcha del plan, opcional para las cofradías, acaba con los convenios que Mar venía renovando con el sector desde 2006, para compensar la falta de actividad en las playas contaminadas y asegurar la limpieza y la vigilancia de los arenales.

Después de presentar el pasado viernes el proyecto ante representantes del sector y atender a sus recciones, Quintana explicó ayer los pormenores del traslado, que la consellería lleva preparando más de un año y que supondrá que, por primera vez desde 2006, los mariscadores podrán vender en fresco el molusco extraído de las áreas más contaminadas. En los últimos cinco años, en virtud de un reglamento europeo, la comercialización de marisco procedente de las zonas C quedó restringida a las conservas, y siempre previa depuración.

Los planes de la consellería pasan por que el requisito de descontaminar el marisco sea suficiente para poder venderlo vivo, pero mientras la UE no dé respuesta a la solicitud de moratoria de la norma, ya presentada por la Xunta, la única alternativa posible es la reinstalación del molusco en un área con agua limpia.El proyecto de Xove, que recogerá mañana el DOG, está previsto en la norma europea pero nunca se había llevado a la práctica. Serán los titulares de los planes de explotación los encargados de solicitar a la Federación Galega de Confrarías el traslado del marisco de los bancos afectados a Morás. Este mismo organismo fijará las fechas, lugares y cantidades de marisco que podrán reinstalarse en A Mariña y también quien se lo comunique al Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), dependiente de la consellería, para que este ponga a disposición de las lonjas las cajas necesarias, debidamente identificadas y listas para el transporte. En cada receptáculo se introducirán unos 10 kilos de marisco, siempre de la misma especie, y los lotes se pesarán y precintarán en la propia lonja.

El traslado se hará en vehículos isotermos en las primeras seis horas después del embalaje, y al llegar a Xove se colocarán en una especie de jaulas para su depuración natural: el agua limpia de Morás servirá para "lavar" el tracto intestinal del molusco, que es donde se alojan las bacterias. Quintana calcula que la mortandad en este proceso no irá más allá del 10%, un porcentaje "normal", asegura. El plan incluye el seguro para la mercancía y no supondrá ningún coste para los mariscadores.

La consellería no puede precisar la cantidad necesaria de receptáculos, porque aún está a la espera de recibir las primeras solicitudes. En lo que sí se muestra más convencida Quintana es en el efecto disuasorio que el traslado del marisco al norte de Lugo tendrá en los furtivos. Los guardacostas de Celeiro formarán parte del personal que se ocupará de garantizar la seguridad de los bancos reinstalados. "Es una zona muy protegida, fácil de vigilar y fuera del furtivismo de las Rías Baixas", defiende la conselleira. Esta última virtud de pesó también en la elección de la pequeña ensenada.

Una vez instalados en sus cajas, identificados por lonjas de procedencia, los moluscos se someterán a análisis continuos con el fin de conocer su carga microbiológica. El tiempo necesario para que las almejas y los berberechos queden libres de coliformes dependerá del nivel de contaminación de la zona de origen, pero como ejemplo la conselleira alude a las pruebas realizadas al elaborar el plan: en cinco días, las muestras procedentes de una zona gravemente contaminada -con 180.000 coliformes, cuando lo normal es que oscilen, aun en casos de zona C, entre los 9.000 y los 8.000- bajaron su nivel de bacterias hasta las 230, el umbral para que el marisco pueda comercializarse en fresco. Descontaminados los moluscos, volverán a la lonja de origen para su venta.