Economistas rebeldes en tiempos de crisis
Dos exdecanos críticos con la UE y los recortes se postulan para dirigir el Colegio
Las elecciones al Colegio de Economistas de Madrid, previstas para el próximo noviembre, se van a convertir en un hervidero político. La crisis, las medidas adoptadas por el Ejecutivo, el pensamiento único que impone Bruselas y el posible cambio de Gobierno están en el horizonte. Con ese caldo de cultivo, los exdecanos Jorge Fabra y Juan Ignacio Bartolomé han elaborado un manifiesto que bajo el título Economistas frente a la crisis reclama mayor participación ante "el clamoroso silencio de nuestra profesión respecto a las medidas que se aplican y a los principios teóricos en que se basan".
Con ese mensaje quiere forjar una candidatura para presentarse a los comicios y desbancar a la actual junta directiva dirigida por Juan Iranzo, economista de posiciones cercanas al PP que también dirige el Instituto de Estudios Económicos (perteneciente a la patronal CEOE). Los aspirantes sostienen que el Colegio ha mostrado una enorme atonía frente a etapas anteriores en las que intervenía en la elaboración de propuestas y como centro de debate que quieren recuperar. También les preocupa el número de colegiados, que ahora está en 8.500, después de haber alcanzado los 12.000 en años pasados.
Iranzo, en cuya junta aparecen como vicedecanos José María de la Cruz y Estanislao Rodríguez Ponga, exsecretario de Estado de Hacienda con el PP, puede renovar un mandato más y esperará a septiembre para decidir colegiadamente si se vuelve a presentar. Todo indica que lo harán; pero mientras llega el momento, Iranzo critica que se utilice el Colegio como plataforma para lanzar un manifiesto. "Durante esta etapa hemos tratado de evitar cualquier manifiesto partidista para eludir que el Colegio tomara un sesgo ideológico que no debe tener; el corte debe ser solo profesional", apunta Iranzo en respuesta a la candidatura anunciada por Fabra y Bartolomé, al tiempo que destaca la pluralidad de la que él preside.
El caso es que esa nueva opción ha sembrado la discordia antes de que se convoquen las elecciones con el lanzamiento del citado manifiesto. "Habitualmente, las crisis económicas cuestionan principios comúnmente aceptados por los economistas. Lo asombroso de la crisis actual, de una profundidad y una trascendencia social enormes, es que no parece influir sobre el pensamiento económico. Se siguen asumiendo como principios irrefutables un conjunto de proposiciones que, día a día, entran en abierta contradicción con la realidad". Este es el comienzo de la presentación del citado manifiesto con el que Economistas frente a la crisis (Economistasfrentealacrisis.wordpress.com) trata de movilizar a afiliados y no afiliados. Antes incluso de convertirse en plataforma, los dos promotores han difundido la idea en las redes sociales y, según afirman, han cosechado ya en torno a 70 firmas.
"¿Dónde están las instituciones que agrupan a los economistas?", se preguntan. "Los que nos dedicamos a esto tenemos una responsabilidad ante la sociedad y, en momentos como los que se viven, mucho más intensa. Es clamoroso el silencio de nuestra profesión respecto a las medidas que se aplican y a los principios teóricos en que se basan". Ante ello, pretenden impulsar un amplio debate y propuestas capaces de influir en las decisiones políticas.
El manifiesto tiene seis apartados (paro, mercados, gobernanza corporativa, déficit público, Estado de bienestar y Unión Europea) y es especialmente crítico con la UE y las agencias de calificación de riesgos. Según el documento, el drástico recorte de gasto público impuesto por el Consejo Europeo supone una política procíclica y contractiva que impedirá que la actividad se recupere en los próximos años. "La alternativa real a esa política contractiva", sostiene, "es mantener las señas de identidad de la construcción europea, basada en la economía social de mercado, innecesariamente perdidas en la aplicación de una política impuesta desde una nueva mayoría conservadora europea", añaden.
Asimismo, se preguntan cómo es posible "que un área económica potentísima no sea capaz de contrarrestar las ineficiencias que los mercados financieros trasladan a la economía real". Solicitan recuperar la demanda para mejorar los ingresos del Estado, lo que seguramente requeriría un horizonte temporal más amplio para equilibrar las cuentas públicas, y cuestionan la reforma laboral como solución para recuperar el empleo. Se trata de cambiar los paradigmas dominantes, porque "las crisis son para los economistas una oportunidad para refutar toda proposición que se revele contradictoria con la realidad".
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