_
_
_
_
Reportaje:VAMOS A...PIRINEOS

Un Tour sin cronómetro

Con toda calma. Un relajado viaje de 300 kilómetros por los Pirineos franceses, enhebrando los puertos más famosos de la ronda ciclista

Viendo las etapas pirenaicas del Tour, en el duermevela de las siestas veraniegas, uno puede llegar a pensar que en esa zona de Francia no hay más que autocaravanas y tipos corriendo con ikurriñas. Lo que hay, en realidad, es mucho arte rupestre, lagunas y cascadas, templos románicos, pueblos de postal y miradores estratosféricos, desde los que otean todas las montañas en 300 kilómetros a la redonda. En coche, parando aquí y allá, son dos días de viaje; en bicicleta, cuatro o cinco; a pie, diez.

01 Jugar a los Picapiedra

Más información
El Camino 'ciclobeo'
Escuela para osos

Niaux, Mas d'Azil, Bédeilhac, la Vache... El departamento de Ariège, fronterizo con Andorra, está lleno de agujeros ilustres, santuarios del arte rupestre que pueden conocerse visitándolos uno a uno (opción cara e interminable) o viendo las espectaculares reproducciones de los mismos que se exhiben en el Parque de la Prehistoria, en Tarascon-sur-Ariège. Al pie de un circo montañoso dominado por el pico Trois Seigneurs, nos muestran la famosa Sala Negra de Niaux tal como estaba pintada hace 12.000 años, pues muchas figuras de bisontes, caballos y ciervos que ya no se aprecian en la original se han rescatado usando la luz ultravioleta. Además nos enseñan a hacer fuego a la primitiva usanza, a tallar el sílex, lanzar azagayas y pintar con pigmentos naturales. Es un parque grande, de 13 hectáreas, donde se puede echar fácilmente toda la mañana, y más con niños. Entrada: 9,70 euros.

» www.sesta.fr/parc-de-la-prehistoire.html

02 'Pic-nic' y zuecos

Desde Tarascon subimos por el valle de Vicdessos en busca de los puertos de Lers y Agnes, ambos de similar altura (1.517 y 1.570 metros), con rugidoras cascadas, bravas pendientes y, entre uno y otro, una laguna de dos hectáreas donde los pescadores sacan truchas a espuertas. Por doquier, negros caballejos de raza Mérens y grises vacas gasconas que parecen seleccionadas genéticamente para cortar el tráfico. Nuestra ruta continúa por el puerto de Latrape (1.110 metros), el valle de Ustou y el col de la Core (1.395 metros), donde una lápida recuerda a los que escaparon por este paso de la Francia ocupada por los nazis. La laguna de Bethmale -de riberas boscosas, idóneas para un pique-nique, que dicen aquí- es la antesala de un valle de égloga, salpicado de bordas con afilados tejados de pizarra y de paisanos calzados con sabots (zuecos) no menos puntiagudos. Una patada con ellos debe de ser como una cornada. En Aret nos explica cómo se hacen el más renombrado sabotier, Pascal Jusot.

» www.artisan-bois-sabots.fr

03 Tarot en la catedral

No más pasar Castillon-en-Couserans, desvío recomendado a la diestra, a Saint Lizier, antigua villa obispal y jalón de uno de los muchos caminos que llevan a Santiago. Tiene 1.400 almas y dos catedrales: una abajo, que es la que se usa, con frescos románicos en el ábside y claustro del mismo estilo, y otra sin culto arriba, junto al palacio obispal, llena de ingenuas pinturas murales del siglo XV, como cartas de tarot, en las que aparecen mitrados, caballeros con lanzas y damas que sostienen con gesto delicado una rosa. Paseando por sus calles pulcras y enguijarradas, entre casas centenarias -como la botica del siglo XVIII, intacta- con balcones floridos abiertos a las montañas, nos decimos que es un buen lugar para hacer noche, incluso más de una.

» www.st-lizier.fr

04 Donde Ocaña tropezó

Desandamos parte del camino, hasta Audressein, para subir por el bucólico valle de la Bellongue al col de Portet d'Aspet (1.069 metros). Un monumento de mármol, bastante aparatoso, señala el lugar donde el ciclista italiano Fabio Casartelli se destrozó la cabeza al bajar del puerto en la 15ª etapa del Tour, el 18 de julio de 1995. Era el cuarto hombre que moría en esta carrera, desde su arranque en 1903. A partir de entonces fue obligatorio usar casco. Y luego otro col con morbo histórico: el de Menté (1.349 metros), donde Ocaña perdió en 1971 un Tour que tenía ganado, al tropezarse en un dramático descenso, sobre un torrente de lodo, con el Caníbal Eddy Merckx. También hay una placa. Al pie del puerto, en Saint Beat, cruzamos el Garona, que siendo un recién nacido parece grande como el Ebro, y continuamos hasta la elegante estación balnearia de Bagnères-de-Luchon. Demasiado fina y elegante para andar por estos puertos.

» www.luchon.com

05 Dos puertos míticos

En Bagneres-de-Luchon comienza la subida de 14,3 kilómetros y 950 metros de desnivel hasta el puerto de Peyresourde (1.569 metros), por donde el Tour ha pasado 60 veces. A partir de aquí se multiplican los grupos de ciclistas y los nombres pintados (grandes como gritos) sobre el asfalto. Hay curvas, subiendo desde Arrau al col d'Aspin (1.489 metros), tan repintadas de nombres que el asfalto parece blanco. La bajada hacia Sainte Marie de Campan, culebreando por un bosque de abetos, es de lo más bello de la ruta.

06 El Everest del ciclismo

Sainte Marie de Campan huele a linimento, a grasa de cadena, a leyenda. En el Tour de 1913, Eugène Christophe llegó a este pueblo con la horquilla de la bici rota, la arregló en una forja y continuó la escalada. Es el campo-base elegido por muchos para atacar al Géant des Pyrénées, el Tourmalet, el coloso de 2.115 metros, con pendientes superiores al 10%, que hace que los demás puertos parezcan baches. Desde La Mongie, a tres kilómetros de la meta, se puede subir en teleférico, pagando 32 euros por barba, al Pic du Midi (2.872 metros), observatorio astronómico, museo, restaurante, hotel y mirador que corta le souffle, o sea, el aliento. En las noches claras se ve el resplandor de las luces de Biarritz y de Barcelona. Nada, sin embargo, que pueda compararse con la experiencia de trepar al Tourmalet en bicicleta (Aneto Sports nos la alquila por 20 euros y nos la pone al pie del puerto). Bonita, la subida, no es. Las laderas peladas llenas de telesillas, desmontes y pintadas nos recuerdan al puerto de Navacerrada de hace 40 años. Pero eso a quién le importa. Un enorme ciclista de metal homenajea al primero que lo coronó, Octave Lapize, en 1910. Todo el mundo se hace fotos con sonrisa victoriosa, hasta el que sube en coche. Hay un corredor pintado en un cartón, con los brazos levantados, pero sin cabeza, para que cualquiera pueda ponerle la suya.

» www.campan-pyrenees.com

» www.picdumidi.com

» www.aneto-sports.com

Ciclistas junto a una de las vacas gasconas que gustan de cortar el tráfico entre los puertos de Lers y Agnes, en los Pirineos franceses.
Ciclistas junto a una de las vacas gasconas que gustan de cortar el tráfico entre los puertos de Lers y Agnes, en los Pirineos franceses.ANDRÉS CAMPOS

Guía

Información

» Sitios oficiales de turismo (www.turismo-midi-pyrenees.es; www.ariegepyrenees.com y www.pirineos-vacaciones.com).

Cómo ir

» Tarascon-sur-Ariège dista 65 kilómetros de la frontera española. Se accede por Puigcerdá (Girona), siguiendo la N-20 hacia Foix.

» Easyjet (www.easyjet.com) vuela a Toulouse, 100 kilómetros al norte de Tarascon, desde 21,99 euros por trayecto.

Comer y dormir

» Villa Belisama. Sant Lizier. (www.ariege.com/belisama; 00 33 (0) 561 02 83 24). Casa del XVII, con chimenea y piscina. Habitación doble: de 75 a 95 euros.

» Eychenne. Saint Girons. (www.ariege.com/hotel-eychenne; 00 33 (0) 561 04 04 50). Hotelito en una casa centenaria, con piscina y excelente restaurante. Desde 71 euros.

» Les Cimes. Argelès-Gazost (www.hotel-lescimes.com; 00 33 (0) 562 97 00 10). Hotel familiar en una villa balnearia cerca del Tourmalet. Muy frecuentado por ciclistas. Desde 71 euros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_