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Análisis:Economía global | coyuntura nacional
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La inflación, única buena noticia

La semana ha estado marcada por la crisis de la deuda soberana, que esta vez se ha cebado con España e Italia. Las tensiones no van a terminar mientras no se solucione el problema de la deuda griega, que cada vez se parece más a un laberinto sin salida. Cualquier posible solución tiene inconvenientes que obligan a descartarla. La severa condicionalidad de la ayuda aportada a través del fondo de rescate europeo, que exige a Grecia recortes drásticos del déficit en un plazo de tiempo demasiado corto, arrastra a su economía a la depresión y hunde su recaudación impositiva, haciendo muy difícil la reducción del déficit. Está claro que este país no puede hacer frente al pago de su deuda, pero una quita podría generar una hecatombe financiera como la de Lehman Brothers y además podría extender el temor a una suspensión de pagos hacia países como España o Italia, lo que pondría en una situación muy peligrosa no solo a estos países, sino a toda la zona euro. Una reestructuración de la deuda, aunque sea realizada de forma "voluntaria" por los acreedores, podría ser interpretada como un impago y generar los mismos efectos. Una ayuda financiera por parte de la UE a un plazo de tiempo muy dilatado y a un coste asumible por Grecia tiene el inconveniente de la oposición de la opinión pública de los países que tienen que aportar fondos, como Alemania, Holanda o Finlandia. El mismo obstáculo infranqueable nos encontramos si optamos por la creación de un bono europeo. Los contribuyentes de dichas naciones dicen que están hartos de financiar con sus impuestos a los vagos y despilfarradores del sur. No se quejaban tanto de ese despilfarro cuando, antes de que estallara esta crisis, les vino bien a ellos para vender coches y teléfonos móviles en masa.

Salvo sorpresas del petróleo, la tendencia a la baja de los precios se mantendrá el resto del año
Tras un inicio favorable, los resultados de las empresas empeoraron en la segunda mitad de 2010

En medio de la tormenta, casi ha pasado desapercibida la inflación de junio, que se ha reducido hasta el 3,2%. Es el segundo mes consecutivo a la baja, lo que confirma la previsión de un cambio de tendencia tras el máximo del 3,8% alcanzado en abril, si bien, en esta ocasión, contando con la ayuda inesperada de las tabaqueras y, en menor medida, de la crisis del pepino. La guerra de precios del tabaco se ha saldado con una bajada del 6,4%, siendo esta la causa principal del descenso registrado por la tasa general de inflación. También destaca el descenso de precios registrado en la categoría de legumbres y hortalizas frescas, cuando lo habitual en el mes de junio es un incremento, que muy probablemente deba atribuirse a la crisis del pepino. La tendencia a la baja de la tasa de inflación se va a mantener en lo que queda de año -salvo sorpresas en el precio del petróleo-, puesto que a partir de ahora comienzan a cancelarse los efectos escalón procedentes del aumento del IVA de hace un año, del encarecimiento del petróleo a partir de octubre y del aumento del impuesto sobre el tabaco de diciembre. Además, los precios de los productos agrícolas básicos en los mercados internacionales, que se habían disparado a finales de 2010 y a comienzos de 2011, han comenzado también a bajar. El elevado nivel que ha alcanzado nuestra tasa de inflación se ha debido a estos factores, y no a las tensiones procedentes de la demanda, que son, y seguirán siendo, casi inexistentes. Nuestra previsión para la tasa de diciembre se mantiene en el 2,3%.

El último comentario es para los resultados de la central de balances publicados hace dos semanas, correspondientes al primer trimestre de 2011. Estos fueron bastante flojos y contrastan con la positiva imagen ofrecida por contabilidad nacional en lo relativo a la evolución del excedente bruto de explotación de las empresas. El valor añadido generado por estas creció a un ritmo muy débil, un 1,1%, -crecimiento, además, nominal-. Es una tasa muy inferior a la registrada en los dos primeros trimestres del pasado año. Lo mismo sucede con el resultado económico bruto, indicador de la generación de excedente por parte de las empresas. En suma, tras un primer semestre favorable, en la segunda mitad de 2010 los resultados empresariales empeoraron, tendencia que se ha mantenido al inicio del año actual.

María Jesús Fernández es analista de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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